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lunes, 1 de septiembre de 2014

El envejecimiento de la población amenaza el futuro de las autoescuelas

El periodo de verano continúa siendo el clavo ardiendo al que se agarran las autoescuelas para cuadrar sus números. Durante estos meses estivales aumenta significativamente el número de personas que intentan sacarse el carnet de conducir; sobre todo jóvenes. Sin embargo, hace ya más de un lustro que la crisis introdujo en un profundo túnel a los centros dedicados a la formación vial, todavía no han conseguido salir de él. Aunque han entrado en juego otros factores aparte de la crisis, la presidenta de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Segovia (APAE), Irene Herranz, asegura que «este ya no es un negocio rentable».

Los números de facturación han mejorado ligeramente este verano respecto al mismo periodo del año pasado, pero no en la medida que les hubiera gustado para afrontar con tranquilidad un otoño que, según la propia Herranz, se presenta «preocupante». Hace un año por estas fechas reconocía en otra conversación con El Norte de Castilla que habían tenido que reducir sus precios casi a la mitad para paliar el descenso de alumnos. Esa situación no ha mejorado ya que «algunos centros mantienen unas tarifas que están incluso por debajo de coste», según la máxima responsable de APAE.

El pago de la matrícula y de las clases prácticas por parte del alumno apenas sirven para cubrir los gastos que esta actividad acarrea a las autoescuelas. Seguros, reparaciones, gasolina y cotizaciones laborales de los trabajadores elevan el coste de un negocio que a la mayoría de sus titulares les exigió una «fuerte» inversión antes de que entrara en vigor la ley de libre competencia que trajo consigo la Unión Europea y que suavizó las exigencias a la hora de abrir una autoescuela.

Así se explica en buena medida lo que muchos consideran un precio excesivo por conseguir el carnet de conducir. En Segovia, la factura para el que aprueba a la primera tanto el examen teórico como el práctico «ronda los 600 o 700 euros», según Herranz. Son precios similares o incluso un poco más baratos que los de la media del país. Un estudio de la organización de consumidores Facua, realizado en 296 autoescuelas de 30 ciudades españolas, entre las que no figura Segovia, detectó diferencias económicas del 110% entre algunos centros y otros.
El precio medio en España por sacarse el permiso B (el que permite conducir turismos y motocicletas de baja cilindrada) a la primera y después de haber recibido veinte clases prácticas de 45 minutos cada una –el precio medio de las lecciones prácticas se sitúa en 25,09 euros– es, según este estudio de Facua, de 707,57 euros. Si da quince clases prácticas más y se ve obligado a renovar el expediente porque ha suspendido dos veces el teórico o el práctico, el coste se eleva a 1.314,85 euros.

Un gasto muy elevado para muchos ciudadanos, aunque la presidenta de APAE subraya que en el precio hay que incluir el IVA, que en el caso de esta actividad se encuentra en el 21% y que representa unos 100 euros en la factura final, y las tasas que cobra a cada alumno la Jefatura Provincial de Tráfico, que ahora mismo son 89,40 euros, lo mismo que en el resto de provincias de España.

La patronal de las autoescuelas advierte de que este negocio pronto va a dejar pronto de ser rentable en muchos lugares de nuestro país. De hecho, ya no lo es en Segovia, asegura la presidenta de APAE, que llama la atención sobre el hecho de que en este último año tres centros –dos en la capital y uno en la provincia– se han visto obligados a cerrar sus puertas porque no les salían las cuentas. «Y aun así, sigue habiendo muchos centros para pocos alumnos», asevera. Las 21 autoescuelas que hay censadas en Segovia –cuatro de ellas son de Madrid, pero están inscritas en la provincia para examinar a sus alumnos en ella en lugar de en la comunidad madrileña– ya no están siendo tan golpeadas por los rigores de la crisis económica como por la evolución demográfica. Todos los indicadores revelan un progresivo envejecimiento de la población de la provincia que parece va a tener continuidad en los próximos lustros. También hay estudios que indican que en unos años Segovia verá reducida su población en varios miles de habitantes. Las autoescuelas se sienten directamente perjudicadas por esta dinámica, ya que el perfil de sus clientes son jóvenes de entre 18 y 27 años y este segmento de población es cada vez más pequeño.

De ahí que ni el lanzamiento de precios cada vez más competitivos les esté ayudando a salvarse. El año pasado, hasta el mes de octubre, la Jefatura Provincial de Tráfico de Segovia expidió 1.877 permisos (de todas las clases), 250 más que en el mismo periodo del año anterior. Ese aumento de nuevos conductores en la provincia está condicionado, sin embargo, por la irrupción de una serie de autoescuelas madrileñas que examinan a sus alumnos en Segovia por una cuestión de proximidad –algunas de ellas son de Guadarrama y Villalba– o bajo la promesa de que en nuestra provincia el tiempo de espera para examinarse es menor; como el volumen de tráfico en las vías a la hora de hacer el examen práctico. Estos centros también se aprovechan de que en Segovia se examinan diariamente un máximo de 50 personas, mientras que en Madrid más de 500, lo que ayuda a rebajar los nervios de los alumnos.

Las autoescuelas segovianas se quejan de que la presencia de los centros de la comunidad vecina ha roto su planificación. Hasta hace poco tenían asignado un día a la semana para que sus alumnos se sometieran a examen, pero el elevado número que aportan las autoescuelas madrileñas en cada convocatoria ha obligado a la Jefatura Provincial a reservarles un día entero algunas veces. La presidenta de la APAE explica que esa circunstancia ha provocado un corrimiento de días -normalmente, cada día se examinan los alumnos de cuatro autoescuelas segovianas- y ha generado un desconcierto entre los alumnos.

También la introducción de sistemas informáticos para realizar el examen teórico y el hecho de que solo haya diecinueve ordenadores disponibles ha provocado que la Jefatura Provincial tenga que organizar cada día dos o tres turnos para examinar. «Ahora, además», añade Herranz, «los alumnos se tienen que preparar más el teórico porque han vuelto a salir preguntas más raras que hacía tiempo que no aparecían». «Eso sí, los resultados no son peores». (Información)

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