Agresiones, insultos y amenazas. Los examinadores de conducir tienen que comunicar los suspensos a la cara y a medio metro del alumno. Cada vez sufren más ataques. En este año los funcionarios de Tráfico han denunciado veinte agresiones. Piden que las notas se comuniquen más tarde y esta semana convocan una huelga.
Los alumnos no son los únicos que pasan un mal trago al finalizar el examen práctico de conducir. Apenas medio metro separa el asiento del conductor del asiento trasero en cualquier coche. A esa misma distancia, el examinador informa del resultado al alumno, así que un “no apto” puede costar caro. A Ángel Fernández, funcionario de la jefatura provincial de Cuenca, le tocó sufrir un desagradable episodio. El 1 de octubre, tras suspender a un chico, tuvo que pasar por una situación que recuerda con angustia: “Se había saltado un ceda el paso y le suspendí. Al salir del coche dio un portazo y a continuación comenzó a golpear mi cristal con una riñonera mientras me insultaba”, explica. El resultado, una crisis de ansiedad que tuvo que ser tratada en el hospital. “Llevo diez años como examinador y las agresiones han aumentado. Ahora, con esto de la crisis, la gente tiene menos dinero y más presión”, denuncia Fernández.
La huelga de examinadores continúa a pesar del acercamiento con la DGT, que finalmente ha dado su brazo a torcer. “Continuamos la huelga, lo que nos han ofrecido no nos convence. Aunque hay avances tenemos que concretar” cuenta Manuel Santiago, portavoz del sindicato CSI-F. De momento, la DGT ha accedido a la principal petición de los huelguistas: no dar los resultados de la prueba al finalizarla. (Información)
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