El ‘Remote-Drive’ permite la conducción a distancia y que la unidad cubra rutas programadas por GPS
Un vehículo capaz de ser conducido a distancia o programado para que siga una ruta preestablecida, siendo capaz de identificar obstáculos imprevistos y evitarlos. Ese es el proyecto que puso en marcha hace años el Ejército, y que ya está dando sus frutos. Las primeras pruebas del prototipo han resultado satisfactorias.
El proyecto, denominado ‘Remote-Drive’, se lanzó en 2015 siguiendo las directrices marcadas por una iniciativa similar que puso en marcha Estados Unidos en 2004para crear un UGV –siglas en ingles de Vehículo Terrestre no Tripulado- plenamente operativo en materia militar.
Tras varios años de investigación y desarrollo, financiado por el Ministerio de Defensa, el programa ya empieza a mostrar resultados. De hecho, las dos pruebas realizadas en julio y noviembre de 2017 en las instalaciones ‘Esteban Terradas’ del INTA han sido un éxito: el sistema es operativo.
En el desarrollo también han participado ingenieros civiles pertenecientes al Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA), de la Universidad Politécnica de Madrid, uno de los centros de investigación en conducción remota y autónoma más importantes de España.
La premisa es sencilla: conseguir que un vehículo militar –en este caso un URO VAMTAC- se pueda conducir de forma remota por un militar desde una estación de control (incluso desde el mismo vehículo u otro que le preceda), o bien que sea capaz de seguir una ruta prefijada de antemano a través de localización GPS.
Uno de los mayores desafíos del proyecto fue el de desarrollar un sistema que permita al vehículo detectar en su ruta obstáculos imprevistos –una roca, otro vehículo, una persona- y actuar de forma eficaz para evitar un accidente. Bien sea deteniéndose o esquivando el obstáculo. Este sistema funciona basado en un sensor LIDAR VLP-16.
La definición del proyecto es más ambiciosa que la mera creación de un vehículo capaz de ser conducido de forma remota. La idea desarrollada consiste en un kit que permite convertir cualquier vehículo de conducción ‘normal’ en un vehículo adaptado para su uso remoto con la instalación de este sistema. Cuando no se necesite la conducción remota, el kit puede retirarse y el vehículo podrá volver a conducirse de manera regular.
El uso de este sistema, de llegar a concretarse operativamente, supondría un gran avance en materia de seguridad para las tropas españolas. Por ejemplo, permitiría que un convoy de vehículos fuera precedido de uno de estos VAMTACs autónomos que, a modo de avanzadilla, pudiera ir detectando posibles amenazas en la ruta. O podría utilizarse para designar una serie de puntos de recorrido alrededor de una base para que realice tareas de vigilancia sin necesidad de exponer la vida de sus tripulantes ante un ataque.
Las posibilidades del proyecto son muy amplias, pudiendo involucrar también el uso de UAVs que, desde el aire, podrían ir reconfigurando la ruta a seguir por el vehículo adelantándose a posibles obstáculos que encuentre en terrenos con escaso o nulo reconocimiento previo.
Fuente: El Confidencial Digital
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