La Guardia Civil ha detenido en Burgos a diez personas y considera desarticulada una trama que vendía permisos de conducir marroquíes falsificados, cuyo cabecilla se encontraba ilegalmente en España y ya ha ingresado en prisión, ha informado hoy la Subdelegación del Gobierno.
El resto de detenidos adquirieron un permiso de conducir marroquí y pretendían presuntamente realizar el canje por uno español en la Jefatura de Tráfico de Burgos.
La investigación, desarrollada conjuntamente por el Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico y el Grupo de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Burgos, comenzó en mayo de 2017 al detectarse que en la Jefatura Provincial de Tráfico de Burgos se venían presentando un inusual número de solicitudes de canjes de permisos de conducción marroquíes por españoles.
Este hecho levantó la sospecha de una estructura ilegal que estaría facilitando documentación falsificada, lo que se corroboró tras el estudio de los documentos expedidos en Marruecos, que resultaron ser falsos.
Las gestiones practicadas permitieron identificar y detener al encargado de conseguir los permisos de conducción falsos, como presunto autor de un delito continuado de falsificación documental.
El hombre había sido expulsado de España en 2015 y tenía prohibida la entrada en territorio "schengen" hasta 2014, por lo que se encontraba ilegalmente en España, probablemente tras acceder con documentación falsa.
En el registro del domicilio del detenido se ha requisado importante documentación y trece teléfonos móviles que supuestamente utilizaba para dificultar el rastreo de sus transacciones.
En el marco de esta operación han sido detenidas otras nueve personas por adquirir y presentar un permiso falso para el canje por uno español.
Algunos llevaban poco tiempo residiendo en España y carecían de los mínimos conocimientos de la lengua española, y ni siquiera sabían leer y escribir en castellano.
El principal detenido vendía los permisos de conducción falsos, por una cantidad que rondaría entre los 1.000 a los 1.500 euros.
Los documentos falsificados eran expedidos en Marruecos, país de origen de los interesados, quienes facilitaban sus datos personales y una fotografía para obtenerlo.
Además del carné, el detenido se encargaba también de realizar todas las gestiones administrativas necesarias para su canje por uno español y entregaba a los solicitantes todos los documentos que debía presentar para el trámite.
La autorización marroquí era de excelente calidad, por lo que podía haber pasado desapercibida ante las autoridades y agentes encargados de la seguridad vial.
Fuente: Diario Vasco
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