Los funcionarios de las Fuerzas Armadas dependen del concurso de traslado que aún no se ha publicado
Las cuentas no salen. La Jefatura de Tráfico de València cuenta con una plantilla de 33 examinadores, aunque solo 21 (de media) supervisan y evalúan a diario los exámanes del carné de conducir si se tienen en cuenta diferentes motivos como bajas por enfermedad, vacaciones, días de libre disposición o la asignación de estos funcionarios a otras tareas de la jefatura.
Así lo aseguran desde la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) tras recalcar que el de València no es un caso único en España. En la actualidad, la Asociación Valenciana de Autoescuelas (AVAE) afirma que en València y Alicante la lista de espera para examinarse, ahora que es «temporada baja», es de un mes, que se eleva hasta los tres en el caso de la provincia de Castelló. Y ya no hay huelga de examinadores de por medio. Los paros, de hecho, finalizaron en diciembre de 2017.
Que hacen falta examinadores de Tráfico es una realidad admitida por el Ministerio del Interior que elaboró un plan para formar a militares como examinadores con el objetivo de que 2018 finalizara con unos 160 examinadores más en España (70 funcionarios procedentes de las Fuerzas Armadas; otras 70 incoporaciones tras la oposición que está en marcha y unos 20 provenientes de promoción interna). Sin embargo, los números empiezan a fallar.
La primera tanda de incorporaciones prevista para este año lleva retraso. En enero comenzó el curso de formación, con una duración de 11 semanas. La previsión era que estos nuevos examinadores se incorporaran a las diferentes plantillas en abril. En principio eran 36 las plazas convocadas, pero 9 candidatos no aprobaron el curso. Tres son personal civil, que sí se incorporarán este mes de abril.
El resto (24) son militares que regresarán ahora a su plaza de origen a la espera de que se resuelva el concurso de traslado –la herramienta que posibilita la movilidad del personal funcionario de carrera entre diferentes departamentos de la administración y que tiene que ser publicado en el BOE– algo que que desde la CNAE aseguran que no sucederá «hasta después del verano».
De los 24 militares que esperan ese concurso de traslado para trabajar como examinadores, dos están destinados a Alzira, uno a València y dos a Alicante, que en principio tenía tres plazas convocadas pero que, finalmente, tuvo que renunciar a una por los candidatos que no aprobaron el curso.
En diciembre habrá otra tanda de la misma cuantía (otras 36 plazas). Sin embargo, desde la CNAE advierten de una previsión de la DGT «que es difícil que se cumpla porque cuando finalicen los actuales procesos de formación y habilitación de examinadores –a finales de 2018 o principios de 2019–, el déficit de personal en el servicio de evaluación y calificación de las pruebas de los permisos de conducir será, en el mejor de los casos, de 104 funcionarios».
Con respecto al problema de fondo, que no es otro que la escasez de funcionarios, la confederación sólo ve una salida a medio plazo: que la Administración aproveche la oportunidad que le brinda la oposición abierta para habilitar, además de a los 70 examinadores previstos con plaza fija, a otros 100 interinos, como mínimo.
Acabar con las listas de espera
Además, la CNAE considera que debería ser prioritario para la Administración acabar con las listas de espera ya que el número de personas que se presenta a los exámanes en verano se multiplica. «Hasta ahora había una dificultad añadida, por culpa del tira y afloja entre la DGT y los examinadores a propósito de las horas extras.
Sin embargo, la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra), que en principio era reacia a que los examinadores aceptaran las condiciones de Tráfico, ha dado vía libre a sus asociados para que hiciesen lo que estimasen oportuno», destacan desde la entidad.
Fuente: El Mercantil Valenciano
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