Sorprendidos dos jóvenes en Salamanca por utilizar el teléfono para copiar respuestas en el examen de conducir

La Guardia Civil ha identificado a dos jóvenes, de 20 y 23 años y de nacionalidad rumana, en el aula de exámenes de la Jefatura Provincial de Tráfico en Salamanca cuando utilizaban sistemas electrónicos para obtener las respuestas correctas en la prueba teórica del permiso de conducción de la clase B, que habilita para la conducción de turismos y motocicletas.

Según fuentes de la Comandancia de Salamanca, agentes de la Benemérita observaron cómo los opositores, un hombre y una mujer, mostraban un comportamiento que les infundió sospechas de que "pudieran estar incurriendo en alguna irregularidad".

Por este motivo, para no interferir ni alterar en el proceso de exámenes del resto de los opositores, los guardias civiles esperaron a la finalización de la prueba en Salamanca para identificar a estas personas en una sala anexa al aula.

Una vez identificadas comprobaron que ocultaban sistemas electrónicos compuestos por teléfonos móviles que tenían adheridos a las camisetas en el pecho y que actuaban como emisores, controlados por una tarjeta de actuaba de transmisor y un mini audífono introducido en el oído que actuaba como receptor.

De tal forma, enviaban las imágenes de los impresos de los exámenes a una persona que se encontraba en el exterior de las instalaciones para que les comunicara la respuesta correcta a las preguntas.

Según ha podido conocer el Instituto Armado, los dos jóvenes residían en una localidad de la provincia de Valladolid, donde habían contactado con una persona de nacionalidad pakistaní, el cual bajo el precio de 2.000 euros cada uno, hizo las gestiones para matricularlos en una autoescuela de Salamanca, presentarlos al examen y facilitarles los dispositivos electrónicos para la realización de la prueba teórica del permiso de conducción.

Actualmente, después de anular sus exámenes, efectivos del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil continúan con las gestiones para localizar a la persona que contactó con los dos jóvenes de nacionalidad rumana para ofrecerles el servicio.

Fuente: La Vanguardia