Como si fuera un elemento más del mobiliario urbano, colocado en medio de la acera o al borde de las vías, el radar se esconde por la ciudad. Sin la posibilidad de identificarlo dentro del coche gris metalizado con las letras grandes de la Dirección General de Tráfico y el rotativo en la parte superior. El nuevo método utilizado por la Policía Local de León para controlar la velocidad en la capital leonesa. Una alternativa al tradicional uso del dispositivo dentro del coche, que queda aparcado al margen en alguna de las vías adyacentes, con el que los responsables municipales argumentan que cubren «aquellas zonas en las que el coche no se puede aparcar en uno de los lados o supone algún peligro», como explica el concejal responsable del área, Ricardo Gavilanes, quien evita hablar de que el objetivo sea engordar la lista de sanciones o duplicar los controles que se hacen a diario. Labores que firman más de 3.000 multas anuales. (Información completa)
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