La obligatoriedad de llevar un autotest de alcoholemia en la guantera del coche para cualquier conductor que circule por las carreteras galas podría quedar en papel mojado. Será en febrero cuando el Consejo Nacional francés de la Seguridad en la Carretera (CNSR) decida si sanciona, de forma definitiva, la supresión de la medida. La última fecha prevista para la entrada en vigor de las sanciones por incumplimiento era marzo.
Pero esta semana el ministro francés del Interior, Manuel Valls, aplazaba 'sine die' la medida ante la polémica sobre la fiabilidad de los test que hay en el mercado, aunque aclaraba que la decisión final surgirá de las conclusiones a las que llegue la comisión de trabajo sobre el alcohol al volante de la CNSR y que se harán públicas en febrero. Se zanjaría así una cuestión que ha tenido en jaque a los conductores transfronterizos a lo largo del pasado verano y del otoño ya que, pese a la normativa y la amenaza de sanción, no había manera de procurarse el aparato por falta de abastecimiento en supermercados, farmacias o estancos.
Ha sido prácticamente un año lo que ha permanecido la medida en vigor. La disposición, en lugar de ser vista por los ciudadanos como un apoyo a la seguridad vial, ha sido muy controvertida debido a que solamente una empresa, Contralco, era la abastecedora oficial del producto. Además de impopular, el alcoholímetro ha sido calificado como «poco fiable» y no recomendable, cuando no «peligroso» para la salud por sus componentes químicos. (Noticia)
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