El Gobierno pretende extinguir la concesión con Abertis de la autopista para evitarse la construcción de variantes en la N-340 y la N-332, que acumulan 44 tramos de concentración de accidentes
Cinco años más de paciencia. Es el plazo que queda por delante para llegar a 2019 y dar carpetazo al histórico peaje de la autopista AP7 en la Comunitat Valenciana, que habrá rascado los bolsillos de los ciudadanos de Castelló, Valencia y Alicante durante casi medio siglo. Sin un euro en la caja que permita adelantar fechas y pagar la millonada que supondría un rescate del peaje inmediato, el Ministerio de Fomento tiene ya claro, según confirman fuentes del Gobierno, que una vez finalice la concesión, la AP7 será gratuita. Una opción reclamada durante años por numerosos colectivos sociales, ciudadanos y políticos que vuelve cíclicamente a la actualidad informativa cuando las antiguas carreteras nacionales paralelas a la autopista registran accidentes mortales. Así ha sucedido en la N-340 a su paso por Castelló donde han fallecido seis personas en apenas dos meses.
La postura oficial del Gobierno sobre la AP7 se dará a conocer previsiblemente mañana lunes en Castelló, donde el subdelegado del Gobierno, David Barelles, tiene prevista una reunión con la plataforma de afectados que se ha creado en defensa de una solución inmediata a la peligrosa N-340.
Desde la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana confirman que la concesión del peaje «no se ampliará». Desde la Conselleria de Infraestructuras, aseguraron ayer a Levante-EMV que aún no tienen «constancia oficial sobre esta propuesta». Según otras fuentes consultadas, el Gobierno ha tomado la «decisión firme» de no renovar más la concesión a partir de 2019, lo que supone en la práctica tomar la decisión más lógica y barata: dejar en el tintero el eterno proyecto de la variante de la N-340 entre Castelló y Orpesa y no pagar nada por reconvertir en autovía gratuita la autopista.
Las carreteras más peligrosas
Una opción que también resolvería la situación de la N-332, la única carretera nacional que conecta dos capitales de provincia (Valencia y Alicante, la tercera y undécima ciudades españolas) que mantiene la mitad de su trazado (90 kilómetros) con calzada simple en ambos sentidos, sin mediana ni arcenes escasos y que aún discurre por el interior de 11 poblaciones. La N-332 y la N-340 ostentan el dudoso honor de ser dos de las carreteras más peligrosas de la Comunitat Valenciana, según la Dirección General de Tráfico (DGT). En la N-332 a su paso por la Comunitat Valenciana se contabilizaron 29 tramos de concentración de accidentes a lo largo de 49,1 kilómetros, según la estadísica revelada por la DGT en 2010. Los tramos de concentración de accidentes son fragmentos de carreteras de un kilómetro de distancia, como mínimo, con un riesgo de accidente superior a la media, durante cinco años. Otros 15 tramos de concentración de accidentes se concentran a lo largo de 24,6 kilómetros valencianos de la N-340. (Seguir leyendo)
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