Ni lo intente, necesitaría viajar a un sexto de la velocidad de la luz para que su matrícula fuera invisible, según un estudio de la británica Universidad de Leicester
Cualquiera que quiera evitar recibir una multa por velocidad puede hacerlo de manera muy sencilla: respetando los límites. Pero resulta que existe otra manera de ser invisible a los radares, y es apretando mucho el acelerador, tanto que sería necesario viajar a una sexta parte de la velocidad de la luz.
Estudiantes de Física de la británica Universidad de Leicester aseguran que el coche tendría que moverse a 191 millones de km por hora para que la matrícula se volviera invisible. Esta velocidad equivale a una sexta parte de la de la luz, y ningún vehículo creado por el hombre es capaz de ir a ninguna parte tan rápido. Por lo tanto, para todos los interesados, obedecer el reglamento sigue siendo la única respuesta.
El cálculo de los estudiantes se basa en el efecto Doppler, el efecto físico por el que las frecuencias de la luz o las ondas de sonido que emana un objeto aumentan o disminuyen cuando se acerca o se aleja. Es el efecto que se produce cuando se oye la sirena de una ambulancia.
Con la luz, este proceso crea un «corrimiento al rojo», donde la frecuencia de la luz de un objeto alejándose del observador se desplaza hacia el extremo rojo del espectro de color. Cuanto más rápido viaja un objeto, más grande es el cambio en la frecuencia.
Esto significa que sería teóricamente posible que la luz procedente de un número de matrícula del coche en movimiento pasara fuera del rango de frecuencia que los radares son capaces de detectar. (Seguir leyendo)
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