En los últimos años el perfil del usuario de las autoescuelas ha cambiado mucho. Se ha reducido notablemente el número de alumnos que sacan el carné de coche (el más común todavía) pero paralelamente se ha visto incrementado el interés por las licencias profesionales. Muchos ven en la obtención del permiso de camión o autobús una salida laboral, por lo que los matriculados en estos dos tipos de vehículos se equiparan ya con quienes optan al de motocicleta, que salvo algunas excepciones, responde más a un capricho personal que a una exigencia de trabajo.
Disponer de un espacio para poder examinarse en la ciudad también ha animado a probar suerte a más de uno. Desde que a mediados de marzo se inaugurara la nueva pista en el polígono de Ircio, 123 personas han obtenido ya su licencia. «Contar con esta instalación ha repercutido en el número de alumnos porque era una demanda necesaria para evitar muchos gastos e inconvenientes», apuntan desde el Centro Técnico de Conductores.
Durante más de una década, desde que la construcción de la rotonda de acceso a la N-I por el Casco Viejo dejara inutilizable la explanada de Eras de San Juan, los mirandeses que querían sacar una licencia profesional o cualquier carné que requiera un examen en pista, tenían que desplazarse a Burgos o Vitoria, asumiendo el coste del desplazamiento y en la mayoría de casos, teniendo incluso que solicitar un día libre en el trabajo «ya que salías a las siete de la mañana y no regresabas hasta pasado el mediodía», explican desde los centros formativos.
Recientemente se ha aprobado el expediente municipal que habilita a Autoescuela 2000 al uso de la pista, por lo que todos las academias de conductores de la ciudad disponen ya del pertinente permiso para realizar los tres exámenes: el teórico, el de pista y el de circulación. De esta manera se ha logrado evitar la fuga de clientes que durante años diezmó a un sector azotado también por la crisis, permitiendo equiparar nuevamente a Miranda en servicios y oportunidades con Burgos y Aranda de Duero, las otras dos ciudades de la provincia que cuentan con una pista aprobada por la Jefatura Provincial de Tráfico.
Actividad todo el año
La apertura de la nueva superficie a mediados de marzo propició un rápido incremento en la matriculación. En el primer mes, una treintena de personas obtuvieron su carné en la instalación y desde entonces se ha mantenido un ritmo constante, aunque lógicamente el número de alumnos decrece en los últimos meses del año. «Los que sacan el permiso de camión, trailer o autobús lo hacen por necesidad y en cualquier época del año pero las motos, salvo que salgan oposiciones para policía o algún trabajo específico, optan más por los meses de primavera y verano porque en la pista no hay ninguna protección y se acusan mucho las bajas temperaturas», señalan desde las autoescuelas.
El uso del circuito, situado en el polígono de Ircio junto a un aparcamiento y alejado de la vía principal, no se limita exclusivamente a los días de examen sino que las autoescuelas acuden de forma regular. «Hay alumnos que antes de presentarse tienen que dar varias clases y preparar la prueba y a otros les sirve solo con una», apuntan desde Deóbriga.
La media suele estar entre cuatro y seis prácticas, una cifra que puede incrementarse en motos de gran cilindrada, «aunque depende de cada conductor». (Seguir leyendo)
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