La multa por su uso indebido puede ir desde los 80 hasta los 6.000 euros, si infringimos alguna normativa municipal de ruidos
Las prisas y el estrés son cada vez más comunes en nuestras ciudades. Dos factores que hacen que en muchas ocasiones el «clacson» se haya convertido en uno de los amigos «más habituales» de los conductores, sobre todo en las grandes urbes.
Sin embargo esta «amistad» nos puede salir cara, porque esta señal acústica no puede ser utilizada según nos convenga. Es más, son tan numerosas las restricciones que en realidad tan solo hay tres excepciones, tres situaciones en las que la DGT nos permite utilizar este accesorio del automóvil, según nos ha recordado Daniel Hernández, portavoz del portal «doncar.es».
Sólo está permitido según el código de circulación tocar la bocina cuando existen «motivos justificados para ello». Y esto incluye «evitar un accidente, cuando estamos en una situación de emergencia, como llevar a una persona al hospital en un vehículo particular, o cuando vamos a realizar un adelantamiento, para avisar al coche al que vamos a adelantar con una señal extra a los intermitentes», nos cuenta Daniel Hernández.
Por mucho que nos pueda parecer extraño, nos podrán poner una multa de 80 euros, por ejemplo, si nos detenemos detrás de otro coche en un semáforo en rojo y tocamos el claxon para avisar una vez que la luz ha cambiado a verde si el conductor que nos precede no se ha enterado.
En realidad desde «doncar.es» reconocen que en los exámenes prácticos los alumnos «suelen utilizar el claxon muy poco, incluso en ocasiones en las que sería necesario, como por ejemplo, si un peatón está cruzando mal, o si de repente sale un coche de un cruce y se interpone en nuestro camino».
De todas formas la bocina no es el único elemento generador de ruido que puede afectar a nuestra cuenta corriente debido al mal uso. Por ejemplo, llevar el volumen de la radio demasiado alto al pasar por un núcleo urbano o una zona de descanso como un hospital también está penalizado con una multa de 80 euros.
También hay que prestar especial atención a cada una de las normativas locales sobre ruidos, porque dependiendo de cada municipio y de su ordenanza de contaminación acústica la Policía Local nos puede imponer una multa de hasta 6.000 euros. Así que, la música mejor bajita. (Información completa)
www.abc.es
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