Dos policías salvan la vida a un conductor que sufrió un infarto en la AP-7

- El conductor, que permanece en la UCI tras ser operado, se encontraba tendido en el suelo junto a su vehículo, en el que viajaba con su mujer de vuelta a Madrid desde Altea

- Los agentes fuera de servicio, que se dirigían a un juicio en Alicante, pararon su coche y atendieron al hombre de 65 años mientras llegaban los sanitarios

- El hijo del herido destaca la labor de ambos efectivos y “su agradecimiento” por su actuación

Eran las 9.00 horas del lunes cuando dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Benidorm se dirigían a Alicante por la AP-7 con su coche. A la altura de La Vila, un coche parado en el arcén llamó su atención y vieron a un hombre tendido a su lado. Tras parar el vehículo que conducían comprobaron que el conductor, que había sufrido un infarto, no se movía y procedieron a atenderle en la misma autopista, lo que permitió salvar su vida.

Este es el episodio que vivieron este lunes por la mañana en el kilómetro 659 de la AP-7 dos efectivos de la Comisaría benidormense, uno de ellos miembro del Sindicato Unificado de la Policía (SUP) que se dirigían por esa vía a un juicio programado en la Audiencia de Alicante en el que iban a declarar como testigos.

Los agentes, según explicaron fuentes policiales a LA MARINA PLAZA, no pudieron para su vehículo “de inmediato” sino que lo hicieron unos metros más adelante. Así, tuvieron que circular marcha atrás para volver a donde se encontraba el herido. Cuando llegaron al lado del coche parado, comprobaron que en el interior había una mujer, que resultó ser la esposa del conductor, muy nerviosa y en “estado deshock”.

La mujer fue la que, con dificultad, consiguió explicar a los policías lo sucedido. Y es que el matrimonio, Rafael González y Carmen Gómez, circulaba por la autopista cuando el hombre, de 65 años, comenzó a sentirse “indispuesto” con fuertes dolores en el pecho y el brazo derecho.

Tal y como explicó a este diario más tarde el hijo de la pareja, Raúl González, ambos volvían a Madrid, donde viven, tras pasar una semana en su segunda residencia de Altea. El matrimonio se había desplazado al municipio alteano para comprobar y arreglar los daños ocasionados en su casa, en pleno casco histórico, tras un robo que también sufrieron dos vecinos más. (Seguir leyendo)

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