La difícil situación económica ha borrado prácticamente del mapa todo lo accesorio a lo preciso para vivir cada día. El desplome en la venta de vehículos es más llamativo en los ciclomotores (con una cilindrada menor a los 50 centímetros cúbicos), un elemento ligado en la mayoría de los casos al ocio y transporte de los más jóvenes y, por lo tanto, prescindible.
Un hecho que queda reflejado en las estadísticas de los permisos expedidos en la provincia desde 2008. Ese año el número de licencias de ciclomotor y permiso AM ascendió a 613, frente a los 68 con los que acabó 2013. Casi un 90% menos, acentuado especialmente por las cifras cosechadas desde 2011 hasta ahora.
Por lo que se refiere a los permisos de la clase A2 y A, han caído de los 1.676 expedidos en 2008 a los menos de 650 del pasado ejercicio.
«Ahora con la crisis, los alumnos tratan de ajustar a tope las horas de prácticas para ahorrar al máximo el precio final del carné, aunque tampoco pueden ir justos porque luego sale mal y vuelven sin aprobar», advierte Fernando Blanco.
La mayoría de las autoescuelas han optado por lanzar paquetes de descuentos con facilidades de pago para atraer clientela en momentos de crisis.
No obstante, el sector confía en que la recuperación progresiva de la economía vuelva a llenar las clases de estos centros, aunque sin perder de vista un elemento esencial en León: la baja natalidad en una provincia envejecida que cada vez cuenta en su censo con menos jóvenes menores de 18 años, los potenciales clientes de autoescuelas. (Información)
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