Podemos propone que las cuantías de las multas varíen según la renta

Esta propuesta, implantada en otros países de Europa como Finlandia o Suiza, es también bien vista por el PSOE, mientras PP y Ciudadanos no son partidarios salvo en casos de consumo de alcohol y drogas.

Cabe recordar que en España ya se han dado casos que han suscitado cierta controversia en este sentido. Especialmente sonado fue el del delantero del Real Madrid Karim Benzema, quien pudo ser sancionado en 2013 con 400 euros al día hasta alcanzar un total de 146.000 euros por circular a 216 km/h en la madrileña autopista M-40, pues su salario por aquel entonces se fijaba en ocho millones de euros por temporada. No obstante, al no aplicarse ese criterio sancionador en España, el juez le acabó imponiendo una multa de 18.000 euros.

Desencuentros sobre seguridad

Por otra parte, en el debate también quedaron patentes otras diferencias entre los cuatro partidos. En el caso del límite de velocidad, Unidos Podemos y el PSOE apuestan por no incrementar el límite en autopistas a 130 km/h, al contrario que el PP, pues es una de sus eternas promesas. Ciudadanos es partidario de "eliminar incongruencias" en los límites en primer lugar.

Otro tema de desencuentro son los puntos negros, sobre los que Luis Aznar (PP) citó las iniciativas del Gobierno en funciones para señalizar cruces peligrosos y zonas de choques frontales; mientras, Rivera pide una mejora urgente de los firmes y suprimir o modificar los guardarraíles peligrosos para los motoristas, pero que no se intente paliar la situación de esos tramos "poniendo un radar o limitando la velocidad". Zaida Cantera (PSOE) cree aplicable el modelo francés, según el cual un lugar de gran siniestralidad debe ser suprimidoen el plazo de un año.

En el área de educación vial, el PP pide que para renovar el carné se realice un psicotécnico más exigente; el PSOE, reformar a fondo los centros de reconocimiento y Podemos apuesta porque sea una asignatura "transversal" para lograr una verdadera concienciación de los riesgos.

Fuente: El Economista