En Barcelona el precio medio es de 872 euros, según Facua
Con 1.072 euros, Girona es la ciudad catalana donde, de media, cuesta más dinero sacarse a la primera el permiso de conducir. A nivel nacional, es la segunda, sólo por detrás de San Sebastián.
Sacarse el carné de conducir a la primera no es siempre tarea fácil, ya que al margen de representar una importante inversión para muchos, a la hora de buscar una autoescuela ya no basta con ir a la que queda más cerca, porque el precio entre unas y otras puede variar significativamente.
De hecho, en la ciudad de Barcelona sacarse el permiso de conducir a la primera con veinte clases de prácticas y un mes de formación teórica, cuesta de media unos 872 euros, una cifra que puede variar hasta un 35 por ciento con respecto a la autoescuela más barata y más cara, considerando que la media nacional es de 692 euros, según Facua.
De acuerdo con uno de sus estudios, Lleida es una de las ciudades españolas donde más cuesta de media sacarse el carné de conducir, con un gasto medio de 903 euros. Sin embargo, hay otra ciudad catalana donde es todavía más caro sacarse el carné de conducir a la primera con 15 clases de prácticas incluidas.
Según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), Girona es la segunda ciudad española, con una inversión necesaria media de 1.072 euros, en la que resulta más caro coger el volante. El líder del ranking es San Sebastián, donde el precio alcanza los 1.288 euros de media. No obstante, en el caso de Lleida, existe una peculiaridad, que es que la diferencia de precios entre autoescuelas es abismal, pudiendo existir hasta 533 euros de diferencia entre el centro más barato y el más caro.
El número de autoescuelas crece, pero los alumnos bajan
Estos desajustes de precios entre las autoescuelas de una misma provincia, así como entre ellas, se explica por la alta competencia que hay entre los centros de formación, donde se ha impuesto la guerra de precios entre las autoescuelas para ver así quién es el mejor postor y atraer con seductoras ofertas al máximo número de clientes. Precisamente, el famoso desequilibrio de precios entre autoescuelas que propicia las "super ofertas low cost" son uno de los factores que "acaba dañando al sector", sostiene el director de las autoescuelas Aquí sí, Cristóbal Carreño.
"El problema de estas empresas radica en los márgenes ya que por muchas prácticas que regales al alumno, recuperar este margen te será muy difícil", comenta Carreño. Con el transcurso de la crisis económica, el sector de las autoescuelas se ha tenido que apretar el cinturón a base de bajar precios o ahorrar en costes, lo que ha supuesto reducir en personal y en automóviles hasta tal punto que, en la actualidad, hay un déficit de alumnos con respecto al número de autoescuelas, explica Carreño.
Si bien es cierto que muchas autoescuelas han tenido que cerrar en los últimos años, las cifras parecen decir todo lo contrario, ya que sitúan al número de autoescuelas muy por encima al de los alumnos. Según un estudio de la consultora Pons Seguridad Vial de hace un año, si en España en 2008 había 8.883 autoescuelas por un total de 859.179 alumnos que aprobaron el permiso de conducción de clase B, a finales de 2014 la cifra de autoescuelas había aumentado hasta las 9.197.
Un dato que difiere respecto a la evolución del número de alumnos a quienes se les expidió el permiso de conducir ese mismo año, ya que bajó en picado hasta los 446.941 aprobados, lo que equivale a alcanzar una cifra de 48,5 alumnos al año por cada autoescuela.
Pese a que los precios hayan bajado un 2,2 por ciento con respecto a 2014, según Facua, esta realidad no hace más que poner en cuestión la sostenibilidad de la estructura empresarial del sector. Con independencia de la crisis, este descenso en las matriculaciones de los alumnos se puede explicar también por la bajada de la demografía en Catalunya, así como en el resto de España, en especial en la franja juvenil.
No obstante, a veces se da el caso que entre diferentes autoescuelas de una misma ciudad, hay precios que son prácticamente iguales, algo que las agencias de consumo vienen denunciando desde hace tiempo, ya que puede tratarse de un indicio de que algunas empresas estén pactando sus precios, normalmente al alza, para así controlar el mercado y ganar más dinero, perjudicando en todo caso al usuario.
Desde Facua recuerdan que esto es una práctica ilegal y hay que denunciarlo. Su portavoz, Rubén Sánchez, advierte que "cuando esto sucede, es sospechoso, ya que se trata de un pacto de no agresión entre empresas que obliga al consumidor a no tener otras alternativas".
La clave, en esta dirección, para determinar estas malas prácticas es hacer una comparativa de los precios entre distintos centros de formación empleando siempre los mismos parámetros, que incluyan tanto la formación teórica como el mismo número de prácticas y material.
A ello siempre cabe preguntar si los precios incluyen IVA y si en el precio de la matrícula se incluye también las tasas de Tráfico y los gastos de gestión, ya que todas estas tasas pueden impulsar el precio final.
Fuente: El Economista
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