Haberse sometido a quimioterapia, tener un marcapasos o sufrir apnea del sueño condicionan la obtención y renovación de los permisos de conducir
–Vengo a renovar el carné de conducir.
–No puede. Le están poniendo quimio.
Es un extracto de conversación que tiene lugar todos los días en los centros de reconocimiento médico psicotécnico para la obtención o renovación de los permisos de conducción. La mayoría de los afectados se lleva una sorpresa pero si las normas se llevaran a rajatabla las carreteras estarían mucho menos concurridas.
La culpa la tiene el Anexo IV del Reglamento General de Conductores, un real decreto aprobado ya en 2009 pero desconocido para muchos. El anexo mete miedo. Decenas de patologías afectan a la obtención y prórroga de los permisos de conducción y sobre todo a los plazos de vigencia.
No solo son los problemas visuales y auditivos, bien conocidos, sino también patologías derivadas del sistema cardiovascular, trastornos oncológicos, renales, respiratorios, enfermedades metabólicas y endocrinas, del sistema nervioso y muscular y, por supuesto, trastornos mentales o relacionados con alcohol, drogas o medicamentos, entre otros.
Hay ejemplos curiosos. El conductor al que se le haya instalado un marcapasos no podrá obtener o renovar el carné antes de un mes desde la operación. Tres meses si se le ha puesto una válvula cardiaca.
Muchas enfermedades, incluso superadas, afectan a los periodos de vigencia del permiso. Por regla general al conductor o conductora por debajo de los 65 años les renuevan el carné por diez años.
Quien se ha visto sometido a un tratamiento de quimioterapia deberá esperar tres meses desde la finalización del último ciclo de dicho tratamiento para realizar los trámites. Y nada de renovar por diez años, sino por tres como máximo, hasta que transcurra una década sin incidencia. Las asociaciones contra el cáncer llevan tiempo criticando una medida que tiene apariencia de estigma.
Hay que recordar que los tiempos de vigencia y las condiciones de obtención y renovación de permisos para el carné de conducir cambian según la categoría. Las restricciones para los permisos encuadrados en el grupo 1 (los más habituales) son duras. Las del grupo 2 lo son aún más.
Un trasplantado renal deberá dejar discurrir seis meses, tendrá que presentar un informe favorable de un nefrólogo y, aún así, el periodo de vigencia de su permiso queda a juicio del facultativo, y la renovación del permiso para alguien afectado por una apnea del sueño no puede ir más allá de los tres años. (Texto completo)
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