Los 130 km/h, el nuevo límite de velocidad que prevé implantar la DGT de manera variable en tramos seguros, con baja accidentalidad, con buen trazado y pavimento, y siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan, gana cada vez más partidarios. «La mayoría de los conductores españoles circulan a una velocidad de crucero de 130 km/h, de hecho, es el límite que tienen establecido un buen número de países europeos, por eso no hay que alarmarse con el nuevo límite, porque no va a haber ningún repunte de la siniestralidad», augura Francisco Toledo, experto en seguridad vial director del Inforce. «Al final, se trataría de adecuar la velocidad a la realidad, porque la gran mayoría de los conductores experimentan una sensación de aburrimiento circulando a 120 km/h; pero 130 es una velocidad frontera que va a tener una gran aceptación social», añade.
Si levantamos la vista y nos fijamos en nuestros vecinos europeos, vemos que cuentan ya con un límite de 130 km/h países como Italia, Austria, Alemania, Francia, Luxemburgo, Grecia... incluso Polonia lo ha elevado a 140 km/h. A esta circunstancia hay que añadir que España es uno de los países de la UE con mejores infraestructuras viarias y con más kilómetros de autovía y de autopista. La Comisión de Seguridad Vial del Congreso ya hace años que abogó por asociar la velocidad a los registros reales de siniestralidad. Un informe de la Asociación Española de la Carretera con el título «Propuesta de actualización de los límites de velocidad: hacia unos límites creíbles», ya auguraba en 2007 que «el uso cada vez más generalizado de los nuevos sistemas inteligentes aplicados al transporte supondrá en un futuro no muy lejano la evolución hacia una señalización cambiante en función de las circunstancias particulares de cada momento y lugar. Dicha información se transmitirá al conductor a través de paneles de mensaje variable». (Información completa)
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