Más del 70% de los conductores ha estado al volante alguna vez tras haber consumido fármacos, siendo los antiinflamatorios los que se toman con más frecuencia. Son datos de un estudio realizado en el Centro de Salud Torre Pacheco (Cartagena, Murcia) por Juana Jiménez Martínez y cols. con más de 200 pacientes con el objetivo de conocer el grado de conocimiento existente sobre fármacos y seguridad vial, y que se presentó en el 34º Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
Casi la mitad de los encuestados asegura haber sufrido algún efecto secundario tras el consumo de fármacos. Según explica Miguel Ángel Hernández, del Grupo de Trabajo de Fármacos de semFYC, "en términos generales, la somnolencia y el mareo son los más citados, así como la sedación, amnesia, dificultad de concentración o alteración de la función muscular, aunque pueden existir otros de aparición menos frecuente como confusión, desorientación, alteraciones de la percepción (alucinaciones), trastornos de la visión, vértigo, hipotensión, hipoglucemia, entre otros".
A este respecto, el experto alerta de que "las personas que padecen enfermedades alérgicas, tan frecuentes en España, y que por tanto, consumen antihistamínicos durante periodos relativamente prolongados de tiempo, tienen mayor riesgo de sufrir habitualmente somnolencia, especialmente si consumen los de primera generación. Por ello, el profesional debe elegir los que menos afecten la capacidad para conducir en función de la actividad habitual del paciente".
En la mayoría de los casos los pacientes desconocen el efecto del medicamento en la conducción. De hecho, tal y como asegura Miguel Ángel Hernández, "sólo un 30% de los pacientes consulta con su médico sobre los posibles efectos secundarios que puede tener el tratamiento en la realización de sus actividades diarias, entre las que se encuentra conducir. Tampoco entre los profesionales sanitarios se ha prestado excesiva atención a este aspecto. En este sentido, llama la atención el dato que se desprende de este estudio, que casi la mitad (46,7%) consulta los posibles efectos secundarios en internet".
Se estima que alrededor del 5% de los accidentes de tráfico están causados por el consumo de fármacos. A este respecto, Hernández, apunta que detrás de los accidentes mortales están la mayor parte de las veces los psicofármacos. "De acuerdo con los datos del último informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de 2013 sobre víctimas mortales en accidentes de tráfico, en aquellos siniestros en los que se detectaron sólo medicamentos (no combinados con alcohol y/o drogas), en el 81% de los casos se trataba de personas que habían tomado benzodiacepinas solas o en combinación con otros fármacos. Sin duda, la relación entre benzodiacepinas y accidentes de tráfico está demostrada en la literatura científica y los pacientes deben ser advertidos de ese riesgo potencial", añade.
Fuentes de información
Uno de cada cuatro medicamentos autorizados en España tiene incorporado en el envase y en el prospecto el pictograma y la información que alerta que dicho medicamento puede reducir la capacidad de conducción. Según explica este experto, "los prospectos incluyen esta información, pero su alcance a la hora de advertir a los pacientes es limitado. La sensibilización tanto de conductores como de profesionales sanitarios al respecto de informar correctamente sobre medicamentos y seguridad vial debe mejorar en el futuro".
Ante esta situación, Hernández recuerda que "el médico de familia está en una situación inmejorable para detectar posibles riesgos e informar a los pacientes, especialmente los que toman psicofármacos (aproximadamente un tercio de los pacientes en atención primaria tienen trastornos del estado de ánimo) y los pacientes polimedicados, fundamentalmente por las posibles interacciones entre medicamentos". (Información)
www.sietediasmedicos.com
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