Un “ordenador sobre ruedas”, literalmente, será la propuesta que Siemens llevará a la feria del motor de Múnich, Alemania, el próximo mes de diciembre.El sistema ha sido bautizado, casualmente, RACE, siglas en este caso de Robust and Reliable Automotive Computing Environment for Future eCars. Sobran algunas iniciales, pero RACE suena muy bien cuando hablamos de coches.
La idea es convertir los coches en máquinas tan actualizables como los teléfonos móviles o los ordenadores personales, reduciendo a la mínima expresión la actual complejidad de la electrónica de los coches eléctricos. El sistema permitiría realizar actualizaciones de los sistemas y abaratar todos los procesos de software que están por detrás.
Cornel Klein, Project Manager de RACE citado por Gizmag, señala que en la actualidad “se utilizan entre 70 y 100 diferentes ordenadores de distintos tipos para cumplir con las diferentes funciones, como el control del motor, los sistemas de infotainment o los sistemas de asistencia avanzada al conductor como mantener la línea. Esta ‘Arquitectura E/E” utiliza una multitud de diferentes tecnologías para la comunicación y la integración de componentes desde proveedores muy diferentes; esta complejidad provoca que la implementación de nuevas funciones sea muy lenta, particularmente cuando se trata de funciones críticas para la seguridad, como la conducción autónoma o la dirección electrónica”.
Un primer prototipo RACE
Para la ocasión, Siemens se ha aliado con el fabricante de vehículos eléctricosStreetScooter, que pondrá de su parte el modelo que va a servir de modelo como primer prototipo para el sistema. En concreto, RACE se incorporará al modelo de roadster eléctrico Roding, que será el que llevará el sistema a su puesta de largo en Alemania a fin de año.
La propuesta supone una absoluta renovación de la arquitectura interna de los sistemas de los coches eléctricos. Nada de reducir las unidades de control eléctrico ni seguir usando el software existente en la actualidad. Un único ordenador, eso sí, redundado varias veces para evitar el peligro de falloque, lógicamente, deje completamente inutilizado el coche.
El coche admitirá sus propias apps, permitiendo que se añadan nuevas funcionalidades a un vehículo que ya te has comprado. Sus ventajas parecen inacabables: aumenta la personalización y las funcionalidades, mientras que reduce los tiempos de integración, el desarrollo y los costes.
Cabe preguntarse un par de cosas, desde luego. ¿Se podrían quedar los coches colgados por una actualización que se quede a medias? ¿Podríamos llegar tarde al trabajo porque el coche está realizando 50 actualizaciones urgentes? ¿Volverá el pantallazo azul de la muerte, y esta vez de forma dolorosamente literal? ¿Habrá aplicaciones gratuitas a cambio de un poco más de tortura publicitaria?
Habrá que esperar para tener respuestas, aunque es de esperar que hagan las cosas con mucho cuidado, al menos en lo que toca a la seguridad y las actualizaciones. Me temo que lo de la publicidad no nos lo quitará nadie. (Información)
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