La medida se inscribe en el plan para erradicar el diésel de aquí al 2020
El plan de lucha contra la polución en la capital francesa franqueó ayer un nuevo paso en el camino hacia la erradicación total de los vehículos diésel de aquí al 2020. Los camiones y autocares más contaminantes, los matriculados antes del 1 de octubre del 2001, no podrán circular por el centro de París, aunque sí podrán hacerlo por el cinturón periférico que bordea la capital. La prohibición será total entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde los siete días de la semana. «Gracias a la ley de transición energética, vamos a poder luchar contra la polución de manera más eficaz», se felicitó la alcaldesa, Anne Hidalgo, en la antena de France Info. En realidad, la restricción entró en vigor el pasado 1 de julio, pero hasta ahora no eran de aplicación las sanciones para quienes incumplan la norma: 35 euros de multa y el riesgo de ver inmovilizado su vehículo. La medida, que ayer pilló por sorpresa a no pocos camiones de reparto que se toparon con un control policial en alguna de las puertas de entrada a París, afectará aproximadamente al 10% de los vehículos pesados que se mueven por la capital. Y no es la única que contempla el consistorio.
A partir de julio del 2016, la prohibición se ampliará a los coches con motor de gasolina matriculados antes de 1997, los diésel anteriores al 2001 y las motos previas al 2000, lo que representa uno de cada siete vehículos, unos 30.000. Luego se irá extendiendo progresivamente desde el 2017 a los coches más recientes, con la vista puesta en lograr una zona de circulación restringida (ZCR).
PARTÍCULAS FINAS
Según los datos del ayuntamiento, por la capital circulan a diario unos 200 autocares turísticos y varios miles de camiones. Estos últimos suponen el 6% del tráfico total en la región parisina y son responsables del 21% de las emisiones de dióxido de carbono. Los motores diésel, por su parte, están detrás del 10% de las partículas finas.
Para facilitar el tránsito hacia una movilidad ecológica, además de las medidas punitivas, cuya finalidad es más bien de tipo pedagógico, la alcaldía ampliará la oferta de transporte público, promocionará el uso de la bicicleta, incentivará el desarrollo del transporte eléctrico y apoyará el uso del coche compartido.
«Los parisinos pierden entre seis y nueve meses de esperanza de vida por la contaminación. Los hábitos tienen que cambiar», señaló el concejal responsable de Transportes, el ecologista Christophe Najdovski. Francia está de manera permanente en el punto de mira de la Unión Europea porque, junto a París, otras nueve ciudades superan a menudo los límites de polución permitidos por Bruselas. «Francia tiene que actuar», insistió Najdovski en Sud Radio. (Información)
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