El goteo de denuncias sobre personas que suplantan la identidad de otras para obtener el permiso de circulación no cesa, si bien la nueva prueba teórica, más compleja, pretende atajar esta práctica ilícita
Los pícaros especialistas en suplantar la identidad de otros para conseguir el carné de conducir lo tienen ahora más complicado. Hasta la fecha, el goteo de casos protagonizados por estos impostores no había cesado en los juzgados. Y, aunque la cifra no es demasiado alarmante —una decena de detenidos desde 2011, según Tráfico—, sí que ha generado siempre «gran inquietud», manifestaron fuentes policiales.
No obstante, desde el pasado verano, la prueba teórica para obtener el permiso de circulación B, al que concurren cada año unas 8.000 personas en la provincia, se ha informatizado. Ya no basta con aprenderse de memoria las preguntas de los tests, ahora es necesario un conocimiento más exhaustivo y razonado del Código de Circulación.
Las preguntas se han ampliado, pasando de las 5.100 que hasta el momento estaban disponibles en la base de datos a 15.500, aunque siguen siendo 30 a contestar con un máximo de tres fallos para aprobar.
Además, el examen es diferente para cada uno de los aspirantes, con cuestiones más claramente redactadas y seleccionadas por ordenador de manera aleatoria.
A pesar de ello, la vigilancia por parte de los examinadores, que son los que suelen dar la voz de alarma cuando detectan a un impostor, sigue siendo exhaustiva. «Sueles notar que algo huele mal por un detalle de la foto del aspirante o si lo ves demasiado nervioso. Entonces, alertamos a los agentes», indicó uno de estos profesores.
El delito está castigado con cárcel (de seis meses a tres años), pero «siempre hay quien está dispuesto a asumir el riesgo a cambio de dinero», señaló el examinador.
El último caso que ha llegado a los juzgados cordobeses se produjo en enero de 2012. La Fiscalía pide penas que suman cinco años y nueve meses de prisión para tres acusados de falsificar documentos para presentarse por otros en los exámenes del carné. Los hechos, según el Ministerio Público, son constitutivos de delito de falsedad.
Estos impostores suelen usar el documento de identidad original de la persona que debe someterse al examen, aprovechando el parecido físico, o bien falsifican el DNI del que quiere conseguir el carné. (Información)
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