Hace un año, la Dirección General de Tráfico (DGT) anunciaba un nuevo modelo de examen para conseguir el carné de conducir en toda España. Entre las novedades destacaba el aumento del temario teórico con nuevos test y unas 15.500 preguntas que podrían tocar a los alumnos de manera aleatoria.
En la parte practica del examen, los alumnos se enfrentaban a partir de ese momento a un examen de 25 minutos de duración para los turismos y motocicletas y de 45 para los transportes profesionales (camiones y autobuses), tiempo necesario según la directiva europea para demostrar que el aspirante posee las capacidades y actitudes necesarias para ser titular del carné. Además el alumno deberá hacer las comprobaciones necesarias del vehículo antes de indicar la marcha.
“Un año después el número de aprobados y de suspensos es el mismo”, afirma el secretario General de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Madrid, Ricardo Cano. Según Cano, no se ha producido ni un aumento ni un descenso de los aprobados porque las preguntas en los test se han ido introduciendo de forma progresiva.
“El problema no está en la cantidad de preguntas en las que se pueda basar el examen. Nosotros creemos que los alumnos que se presenten al práctico deben acreditar un certificado formativo. De esta manera nos aseguramos que hayan aprendido algo y no que se presenten al examen habiéndose aprendido algunas preguntas”, señala Ricardo Cano.
El secretario General de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Madrid señala que en el caso del examen práctico la crisis ha influido en la preparación de la gente que se presenta. “La situación económica hace que los alumnos lleguen algo más ‘justos’ al examen. Cuantas más clases se dan más dinero se paga por lo que algunos ajustan las prácticas por cuestión de dinero. Cuando suspenden también se da otro problema porque algunos tienen que esperar algún tiempo antes de volver a examinarse y eso les retrasa”, apunta. (Información completa)
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