Aunque las asociaciones de conductores aplauden la posibilidad de subir a 130 km en algunos tramos, todas reconocen que subirá el consumo de gasolina, al menos en un 10%.
Las aseguradoras también advierten de la posibilidad de subir el precio de las pólizas si sube la siniestralidad.
Muchos apuntan a que serán las autopistas de peaje las beneficiadas por esta medida, para captar más usuarios.
La reforma de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial abre la posibilidad de que la velocidad máxima permitida pase de 120 a 130 kilómetros por hora en algunos tramos de autopista y autovía considerados seguros por el Gobierno. Las asociaciones de conductores, en general, están a favor. Pero esta medida va a implicar también un coste para quienes decidan disfrutar de este privilegio.
Para empezar, si corres más, también gastarás más. ¿Realmente es así? ¿Y cuánto? Conducir más rápido en carretera, efectivamente, implica un mayor consumo de combustible. La Dirección General de Tráfico (DGT) admite que pasar de 120 a 140 kilómetros por hora conlleva un aumento del gasto en combustible del 20%. Sin embargo, en el manual “Las 10 claves de la conducción eficiente”, disponible en la página web de Cea (Comisionado Europeo del Automóvil), se indica que el incremento de la velocidad en un 20% –por ejemplo, de 100 a 120 kilómetros por hora– conlleva un alza del consumo en un 44%, si bien desde esta asociación también matizan que el gasto varía en función de los caballos de potencia. Así, explican, un vehículo medio diésel gasta seis litros a 120 kilómetros hora, consumo que se eleva a 6,64 litros a 130 kilómetros hora, es decir, a un 10,7% más. Como los tramos en los que estará permitido circular a 130 serán solo algunos y no en toda la longitud de la autopista, es difícil calcular con exactitud cuánto será la media de ese incremento de combustible. (Seguir leyendo)
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