- Algunos reciben hasta clases de conducir gratis por cortesía del dueño madridista
- Un ex de la 'Quinta del Buitre',casado con la secretaria del centro, es quien los capta
- "Van allí porque se hacen una foto y no hacen los cursos", dicen desde la competencia
El tour del Santiago Bernabéu ya podría incluir en su itinerario la localidad toledana de Ocaña. Hasta allí se desplazan numerosos jugadores del Real Madrid para renovar sus puntos del carné de conducir cuando revientan los radares con sus flamantes Audis. La pregunta es obvia. ¿Por qué recorren estos galácticos hasta 70 kilómetros para pasar un trámite que podrían realizar a escasos minutos de su domicilio? El propio responsable de la Autoescuela Ocaña, José Luis Raboso, aclara el enigma para LOC. «Vienen conmigo porque les doy facilidades, nadie les molesta, no lo cuento por ahí y además no les cobro», asegura este madridista hasta la médula que hace gala de un curioso sentido de la confidencialidad.
Su centro de educación vial parece más una peña o un museo merengue que una autoescuela de pueblo. Sólo falta una reliquia de La Novena o una maqueta del coliseo madridista. Bufandas del Real Madrid, camisas firmadas por los jugadores y fotos al estilo Txistu del dueño y de otros alumnos con Marcelo, Jesé o Morata copan la pared del hall principal. Éstos son sólo algunos de los jugadores que han desfilado por sus instalaciones y que se han prestado posar. Los más discretos prefieren no dejar rastro para rabia de Raboso que vive en una nube desde que su autoescuela se pusiese de moda entre los jugadores del Real Madrid. Su generosidad hacia ellos es infinita y no duda en justificarla.
«Mira ahí tienes a Jesé, a Morata, a Marcelo. Son gente increíble», decía rebosante de orgullo Raboso, que captó a su clientela madridista gracias a la secretaria de su autoescuela de Aranjuez. Esta mujer es la esposa del ex jugador de la Quinta del Buitre,José Angel de las Heras, que aprovecha sus partidos de veteranos en la ciudad deportiva del club blanco para ejercer de relaciones públicas de la Autoescuela Ocaña entre pachanga y vermú. «Él me los trae a todos y me ha dicho que seguirán viniendo. Yo le estoy muy agradecido porque conocer a los jugadores es la única suerte que he tenido», subraya este profesional de la formación vial.
El lateral zurdo quedó tan contento con el trato vip que le proporcionó Raboso que hizo el boca a boca en un vestuario plagado de amantes del a todo gas como Sergio Ramos o Karim Benzema. Éste fue multado en 2013 con 18.000 euros y con la retirada del permiso de conducir durante ocho meses y un día, tras haber sido sorprendido conduciendo a casi 200 kilómetros por hora.
Uno de los últimos en llegar a la Autoescuela Ocaña hace dos meses fue el canterano Álvaro Morata que se presentó junto a su padre para realizar un curso de recuperación de puntos. El joven ariete le dedicó una elástica madridista al dueño y ya de paso se pegó un homenaje en el restaurante Palio que tiene un afamado menú de degustación de 28 euros. Sus propietarios no daban crédito y no dudaron en sacarse una fotografía con el delantero en el salón del local y colgarla en Facebook para promocionar su establecimiento siguiendo la tendencia de los asadores de la capital. La novia del delantero también se sacaría el carné en la misma autoescuela.
Pero Raboso no sólo recibe visitas de las estrellas del Real Madrid. También les regala servicios a domicilio. Fue el caso de la perla de la fábrica de Valdebebas, Jesé Rodríguez, que estuvo aprendiendo a conducir por las inmediaciones de Valdebebas junto a Raboso en su Peugeot 208. El canario recibió cinco clases prácticas gratis (45 minutos cuestan unos 30 euros) y se preparó concienzudamente para sacarse el permiso el pasado 20 de marzo y dejar de depender así de su primo. Tuvo tan mala suerte que dos días antes de examinarse se lesionó de gravedad en un partido de Champions League y, por tanto, seguirá dependiendo de su primo para moverse en su vehículo.
El dueño de la autoescuela
«Es un pirata. Los jugadores van allí porque se hacen una fotito y no se quedan para hacer el curso. Y eso es completamente ilegal», comenta este conocedor del sector. Raboso no duda en defenderse de estas acusaciones. «Aquí todo el mundo hace sus cursos y siempre pasamos las inspecciones sin problemas», comenta el dueño de la Autoescuela Ocaña, cansado de las especulaciones lanzadas contra su business.
«Es todo envidia y yo no tengo nada que esconder», apunta Raboso, que parece estar blindado por la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE). «Ni ahí ni en ningún otro centro regalan cursos sin asistir. Todos pasan inspecciones de la DGT, de nosotros y de una auditora externa. En ocho años no se han detectado ilegalidades y que se atrevan...», comentan desde CNAE donde rompen una lanza en favor de la autoescuela fetiche del Real Madrid. «Todo está en regla», afirman desde la confederación para despejar cualquier tipo de sospecha. Mientras tanto, otros profesionales del sector no se fían ni siquiera de la CNAE. "Ahí están todos compinchados y se protegen entre ellos", insisten desde varios centros de formación vial donde no ocultan su descontento con la gestión de la confederación. (Información completa)
Fuente: El Mundo
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