Los hechos ocurrieron al alba hace diez días en la N-332, a su paso por el término de Sant Joan, y el conductor tuvo que salirse de la carretera para no chocar con un autobús
Cuando se topó con los agentes de la Guardia Civil que realizaban un control de alcoholemia decidió que ese día no le iban a pillar. Un joven de 25 años que circulaba la semana pasada por la N-332 en el término municipal de Sant Joan optó por conducir marcha atrás durante alrededor de un kilómetro de distancia para evitar soplar.
En el transcurso de la peligrosa maniobra tuvo que salvar a un autobús, con el que no colisionó de puro milagro, según informaron fuentes conocedoras de la investigación. Apeado de la carretera y buscado por los funcionarios del Instituto Armado, se dio a la fuga a pie y desapareció de la escena rápidamente.
La rocambolesca historia, que se saldó sin daños personales ni materiales concluyó recientemente, cuando el conductor se entregó en comisaría y confesó ser el protagonista de la imprudente maniobra. El incidente se registró concretamente en el kilómetro 113 de un vial que emplean cientos de conductores a diario.
Los hechos se produjeron cuando el joven regresaba de haber pasado la noche de fiesta. Eran las siete y diez de la mañana del sábado 19 de abril cuando se encontró frente a frente con el control policial en la transitada N-332.
Sorprendido por los agentes, su intento de fuga casi provoca un peligroso siniestro contra un autobús, lo que le obligó a salirse de la vía de forma brusca mientras circulaba con la marcha atrás activada.
La N-332 es una de las principales entradas y salidas de Alicante hacia Valencia, y además conecta la capital con municipios como Sant Joan d'Alacant, El Campello y el resto de la costa de la provincia. (Seguir leyendo)
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