La tendencia de comprar un vehículo destinado al desguace para entregarlo a cambio de la subvención está en auge
El Plan PIVE se ideó con el fin de retirar de la circulación vehículos perjudiciales para el medioambiente y a su vez estimular una industria frenada por la crisis económica. La iniciativa, que ya va por su tercer edición, entregaría por cada vehículo—con una antigüedad mínima de 10 años—2.000 euros, que se destinarían a la compra de un vehículo nuevo.
Para un producto de «primera necesidad», esta ayuda puede llegar a rebajar considerablemente el precio final. Las ventajas que reporta el plan ha llevado a muchos a tirar de la «picaresca» española y buscarvías alternativas para sacarle rentabilidad al subsidio.
Las ventas de coches usados han incrementado un 3,6% hasta agosto, según el último informe del Instituto de Estudios de Automoción para la asociación de vendedores Ganvam. Exactamente el mismo porcentaje que ha caído la venta de vehículos nuevos. Si tenemos en cuenta la proliferación de los coches «mileuristas» y la caída del precio medio de los vehículos de ocasión en un 5%—impulsado principalmente por la actividad entre particulares— nos puede llevar a pensar que haya alguna relación entre todos estos datos.
Varios concesionarios han reconocido casos de compradores que buscan específicamente coches destinados al desguace, que se vendan a precios muy bajos—unos 500 euros— con el fin de entregarlos a cambio de la subvención del Plan PIVE. Si hacemos cálculos, se podrían ahorrar unos 1.500 euros y además conseguir un coche nuevo. Una práctica un tanto ruin pero perfectamente legal. (Información)
www.abc.es
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