El aumento del uso de aparatos activados con la voz en los coches es
una tendencia peligrosa que podría incrementar los accidentes, según un
estudio divulgado hoy por la Asociación de Automovilistas de Estados
Unidos (AAA).
Ese tipo de actividad aumenta los niveles de
distracción y la intensidad del trabajo mental del conductor hasta
alcanzar el grado 3, el más peligroso, alerta la Asociación, tras
efectuar esta investigación.
El estudio, realizado por la
Fundación para la Seguridad del Tráfico de la AAA, revela que la
actividad que más distrae a los conductores es escuchar y responder con
mensajes de voz a funciones como la lectura de correos electrónicos.
Hablar
por teléfono, ya sea de manos libres o no, mientras se conduce supone
un grado 2 de peligrosidad mientras que otros actos como escuchar la
radio suponen un grado 1 de distracción, el menos peligroso.
El
presidente de la citada Fundación para la Seguridad del Tráfico, Peter
Kissinger, dijo en un comunicado que "estas conclusiones refuerzan
investigaciones previas de que los servicios de manos libres no están
exentos de riesgos".
"El aumento del volumen de trabajo mental y
las distracciones cognitivas pueden producir un tipo de visión de túnel o
ceguera por falta de atención en el que los conductores no ven los
peligros potenciales frente a ellos", añadió Kissinger.
Así, AAA
solicitó a los fabricantes que limiten el uso de tecnologías de mensajes
de voz a "actividades centrales relacionadas con la conducción" como el
control de temperatura, la puesta en marcha del limpiaparabrisas y el
control de velocidad.
La asociación también pidió que los
fabricantes impidan que funcionen, mientras el vehículo está en marcha,
las tecnologías que leen textos o que convierten mensajes de voz en
texto, por ejemplo para interactuar con correos electrónicos.
AAA
explicó que estas medidas son especialmente necesarias ya que se prevé
que de aquí al 2018 el número de vehículos con este tipo de sistemas o
estas características se multiplicarán por cinco en Estados Unidos.
"Se
avecina una crisis de seguridad pública con la futura proliferación de
estas tecnologías en los vehículos" advirtió el presidente de AAA,
Robert Darbelnet.
La investigación de AAA fue realizada instalando
cámaras en vehículos que vigilaron los movimientos de la cabeza y los
ojos de los conductores.
Un aparato de electroencefalografía
capturaba al mismo tiempo las actividades cerebrales de los conductores
para determinar la intensidad de trabajo mental mientras hacían
actividades como escuchar la radio o responder a correos electrónicos
mediante órdenes de voz.(Información)
www.abc.es
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