- ¿Existe un afán recaudatorio por parte de la DGT?
–Sí. Los datos evidencian que este afán se produce respecto a las denuncias por efecto de velocidad. Los radares son un eficaz instrumento para luchar contra la inseguridad vial, siempre y cuando respondan a unos objetivos definidos. El problema es que cuando esos objetivos no se consiguen, la solución se convierte en un instrumento de recaudación. La situación de crisis económica hace que la Administración, bajo la bandera de la seguridad vial, esconda objetivos de equilibrio presupuestario.
- ¿Provocan las multas un efecto disuasorio?
–No. Hoy en día, el único efecto que se está consiguiendo, teniendo en cuenta que ha habido una disminución en el volumen de denuncias, así como una autorregulación por parte de los automovilistas, es que haya aumentado la recaudación por éstas. Eso en cuanto a la DGT, porque cuando hablamos del ámbito municipal, es más preocupante, ya que escudándose detrás de la seguridad vial y la autonomía municipal, cada uno hace lo que cree conveniente. Las multas se han convertido en un impuesto más.
- ¿Han aumentado los impagos a raíz de la crisis ?
–Sin duda. Con motivo de la crisis se han producido varios efectos: un aumento de la voracidad recaudatoria por parte de la Administración y una disminución de la eficacia en la recaudación. La solución pasa porque los automovilistas nos revelemos y nos manifestemos en materia de multas y sus embargos.
- ¿Se multa más en España que en el resto de la UE?
–En cuanto al número de denuncias, no, debido a que es menor, pero sí se denuncian más infracciones leves. En Europa, se persigue más la infracción grave, mientras que en España se pone énfasis en las que no suponen riesgo (aparcamiento, exceso de velocidad mínima, etc.).
- ¿Son los españoles más disciplinados que sus vecinos europeos?
–Somos menos disciplinados. El automovilista español ha perdido el respeto a las normas de tráfico, por su constante cambio y por haber perdido éstas su efecto ejemplarizante. Una prueba de esto son los límites de velocidad. En España no se respetan, porque por encima de la credibilidad han primado las sanciones. (Entrevista)
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