Las travesías urbanas están poco pensadas para peatones y ciclistas, según un estudio del RACC presentado hoy en Tarragona, basado en el análisis en profundidad de cinco de estas vías en distintos puntos de Cataluña.
El técnico del RACC Xavier Abadia ha presentado el estudio, realizado en las travesías urbanas de Altafulla, Cubelles, El Masnou, Celrà y Monistrol de Montserrat y ha señalado que hay un notable margen de mejora para peatones y ciclistas
.El estudio ha analizado los pasos de peatones, el control de velocidad de los vehículos, la idoneidad de las aceras y de las paradas de autobús y dos de las travesías, las del Masnou y Monistrol, no llegan a los mínimos exigibles, ya que la única opción son pasos subterráneos para los peatones.
En ninguna de las travesías evaluadas se ha detectado el uso de islas centrales de espera para peatones y seguridad y las aceras, en general, son de anchos dispares, lo que dificulta la movilidad del peatón.
También su estado de mantenimiento es muy heterogéneo, excepto en el caso de Altafulla, no alcanza a las condiciones mínimas y si las aceras no están bien, “aumenta la indisciplina de los conductores y se tiende más a aparcar encima de las aceras”, ha señalado el técnico.
La señalización también suspende a la hora de orientar a los usuarios: Cubelles, Altafulla y Celrà no disponen de ella y, por otra parte, en los cinco casos se superan los valores permitidos de ruido, pese a ser también zonas con fachada residencial.
El estudio evidencia que las variantes no disuaden a los conductores de usar las travesías, que soportan un tráfico muy elevado, ya que “el factor del peaje condiciona una buena parte de los conductores que utilizan la red local para evitar el pago”.
Esta disfunción también origina una mezcla de hábitos en la conducción -los que hacen desplazamientos más largos tienden a correr más- que provoca problemas de movilidad y seguridad vial, sobre todo en los tramos urbanos. (Información)
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