La grúa municipal, una de las herramientas de disuasión ante las infracciones en el estacionamiento pero también un arma de recaudación, se ha convertido en fuente de déficit crónico para la mayoría de los ayuntamientos gallegos. Los ciudadanos la pagan cuando su coche es llevado al depósito, pero también parte de sus impuestos van a parar a las concesionarias del servicio aunque no tengan vehículo ni carné de conducir.
Solo los seis mayores ayuntamientos de la comunidad pagan a las empresas que explotan la grúa 6,3 millones de euros al año, cantidad muy por encima de los ingresos que generan con sus enganches.
Las empresas del sector admiten que en el 90 % de los ayuntamientos españoles el servicio de la grúa es deficitario. Los motivos que apuntan desde la confidencialidad las concesionarias gallegas es la dimensión excesiva de los medios contratados por los concellos, una tasa por enganche menor que el coste real para no soliviantar a la ciudadanía, o fijar a la baja el número de coches retirados, sobre todo en etapas electorales. «Está en manos de los políticos», indica un de los directivos de las empresas de grúa presentes en Galicia, mientras que un delegado sindical coruñés reconoce que el Ayuntamiento «hace bastante la vista gorda desde hace años y no se dan órdenes de retiradas suficientes, aunque esta ciudad es muy cerrada y difícil para aparcar», añade para tratar de encontrar una justificación. (Información)
/www.lavozdegalicia.es
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