Se desplaza en una silla de ruedas desde hace 28 años a consecuencia de un siniestro de circulación. Pero ello no le borra la sonrisa de su rostro. Basilio González, natural del municipio de As Neves y vecino de Vigo, estuvo el viernes en Vilagarcía para participar en un curso de recuperación total de puntos que tuvo lugar en la autoescuela Sálvora. "Yo les enseño a los alumnos las consecuencias irreversibles, sin cura, que pueden tener los accidentes de tráfico", apunta Basilio en un receso del seminario. Su caso es una prueba clara de las graves secuelas que puede ocasionar una colisión en la carretera.
Basilio rememora en cada clase la tragedia de aquel día. Pero no le provoca ningún trauma porque, asegura, no recuerda el momento del accidente, ocurrido en Astorga (León). "Iba con un compañero en un coche descapotable a 30 kilómetros por hora. Llovía. Circulábamos por una pista y vino un coche de frente. Al echarnos a un lado nos caímos por un terraplén", relata este vigués, miembro de la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme).
En su caso el accidente no ocurrió por ninguna imprudencia. Y las consecuencias fueron muy graves. Con todo, Basilio siempre dice que hace 28 años volvió a nacer. "Pasé por cinco hospitales antes de acabar en Toledo, que en aquella época era referente en la atención de las lesiones medulares", dice Basilio González. El siniestro le ocasionó múltiples fracturas craneales y costales, y estuvo un año ingresado en el hospital. El primer mes lo pasó en la Unidad de Cuidados Intensivos. (Seguir leyendo)
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