Las cifras de accidentalidad en las carreteras gallegas han caído a niveles históricos desde la entrada en vigor del carné por puntos, en julio de 2006. Frente a los 268 muertos registrados en la red viaria de la comunidad hace siete años, la DGT cerró el balance del año pasado con 117 fallecidos, un 56,3% menos.
Pese a este descenso de la mortalidad en el asfalto, la temeridad al volante sigue en aumento. La memoria del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de 2012 concluye que de los 615 conductores fallecidos en las carreteras españolas, el 47,32% presentaban resultado positivo en sangre a alcohol, drogas o psicofármacos (medicamentos que alteran la conducta), un 2,3% más que el año anterior y más de un 7% que hace cinco años.
La aparente tolerancia al binomio alcohol y conducción no afecta por igual a todos los gallegos. En contra de lo que pudiera parecer, no son los jóvenes sino las víctimas de más de 40 años las que presentan un mayor porcentaje de alcoholemias positivas.
La presencia del alcohol como factor determinante o confluyente en los accidentes en las carreteras gallegas ha sido incluso objeto de estudio por parte de la Guardia Civil de Tráfico, que en un exhaustivo informe hecho público en 2009 concluyó que la principal causa de los siniestros mortales ocurridos en la comunidad no eran la velocidad, las distracciones, las infracciones del código de circulación o factores externos como la meteorología o el estado de las carreteras sino el consumo de alcohol.
Este informe, encargado por la Fiscalía Superior de Galicia, echa por tierra los tópicos a los que se había recurrido para justificar la alta tasa de accidentalidad en las carreteras gallegas. El factor humano está detrás de la mayoría de los siniestros viarios. Pero el alcohol aparece como cuarta causa "determinante", por de las de las infracciones, las distracciones y la velocidad. (Leer más)
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