Las calles se muestran en colores verde, rojo o amarillo, según la rapidez de la ruta
Además de mapas son guías de consejos. Google ha tardado dos meses en que los nuevos mapas estén al alcance de todos. La nueva versión ha salido casi a la vez para Android y para iPhone, la más esperada después del fiasco de los mapas de Apple. En el caso del iPad el programa se distingue por estar pensado para usarse en horizontal. Con un atril en el salpicadero podría hacer perfectamente de GPS.
La primera sensación es que el programa es mucho más claro, ágil y visual, pero con una limitación, se ha eliminado una de las opciones más prácticas. Ya no se puede usar Google Maps si se carece de conexión.
Las rutas pueden realizarse andando, en transporte público o en coche particular, como antes, solo con Android se puede seguir el trazado más adecuado para ir en bicicleta. Aunque en ambos casos hay una capa para los amigos de los pedales. En ambos casos desaparecen bordes y controles de menú para que prime el mapa. Casi toda la superficie es para ello.
La capa dedicada a la información del tráfico es la más novedosa. Aparecen las calles en tres colores: verde, amarillo y rojo, según la fluidez que tenga en tiempo real. Lo lógico será que en cuanto consigan incluir los datos de Waze, su última adquisión, la experiencia sea todavía más rica. Por lo demás, se mantiene la visión del lugar en versión relieve y desde los satélites. (Seguir leyendo)
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