Algunos de los examinados creen que, con el ordenador, la DGT ha dificultado el modelo de examen teórico Ahora no basta solo con memorizar los diferentes cuestionarios
Desde primera hora, a las puertas del edificio de la DGT de Córdoba, se respira un ambiente de nerviosismo y preocupación a la vez. Desde ayer, todos aquellos que deseen obtener el permiso de conducir B, deberán pasar de manera positiva la nueva prueba.
Una fila de jóvenes del turno de las 10.15 de la mañana esperan ansiosos oír sus nombres para entrar en el aula donde se enfrentarán cara a cara durante una hora con su nuevo examinador, un ordenador táctil individualizado que les presentará 30 preguntas de manera aleatoria a cada uno de los aspirantes. El manejo es más sencillo, pero a la mayoría le ocurre que "tiene miedo de la novedad". Así opina Margarita, una profesora de autoescuela que espera paciente la salida de alguno de los 8 alumnos que ha preparado para la prueba. El tiempo pasa y poco a poco van saliendo a la calle caras de felicidad, duda e incluso decepción.
Esta nueva forma de demostrar si los futuros conductores conocen a la perfección el Código de Circulación, en opinión de muchos, se complica. A pesar de que a las nuevas generaciones se les denomina los nativos digitales , el papel da confianza. Al parecer, existe un vínculo más estrecho entre el papel y el bolígrafo, pues muchos aseguran que, además, el ordenador suele bloquearse, y es que la tecnología tiene sus defectos, a lo que se suma el manejo táctil que no es muy compatible en estas circunstancias en las que nos domina un pulso inquieto. (Seguir leyendo)
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