Un pequeño papel asoma del etilómetro de la patrulla de la Policía Local de Valencia. Marca 0,98. La mujer que el jueves por la noche se empotró contra seis bolardos en la avenida de Aragón y acabó con su coche en llamas cuadriplicaba la tasa de alcohol permitida. Como ella, más de 300 personas acaban detenidas cada mes en las carreteras y calles de la Comunitat Valenciana, según fuentes municipales y de la Guardia Civil.
En una ciudad como Valencia y en un mes como julio, «rara es la noche que no acabemos con dos o tres personas arrestadas por delitos contra la seguridad vial relacionados con el consumo de alcohol», exponen fuentes de la Policía Local. La cifra media mensual de conductores 'cazados' por ir borrachos al volante ronda el centenar en Valencia. Y son sólo aquellos que incurren en delito, es decir, los que superan los 0,60. A ellos se suman quienes arrojan tasas a partir de 0,25 y que se enfrentan a multas de hasta 500 euros y retirada de puntos del carné de conducir.
En carretera, la Guardia Civil de Tráfico arresta cada mes a unos 200 conductores por circular bajo los efectos del alcohol. Antonio García, teniente de este departamento de la Benemérita en Valencia, tiene una larga experiencia en controles. Alerta de que las alcoholemias positivas «pueden llegar a doblarse en verano» en puntos del litoral como La Safor o El Saler.
En plena campaña de la DGT contra el consumo de alcohol al volante, quienes estos días velan por la seguridad en el asfalto citan la carretera N-332 y la CV-500 como «puntos críticos» por la presencia de conductores ebrios, especialmente «por la noche y en las madrugadas del fin de semana».
El teniente García pone un ejemplo durante uno de estos controles desplegados ayer en el kilómetro 9 de la carretera de El Saler: «En este mismo punto, entre las seis y las nueve de la mañana de un domingo podemos llegar a detectar casi medio centenar de alcoholemias positivas y, entre ellas, unas seis son delito por superar los 0,60». A estos conductores se suman «otros cinco o seis» que van drogados al volante, normalmente tras consumir marihuana o hachís. La preocupación de los agentes estos días es mayor «porque muchos vienen bebidos o drogados de discotecas y salas y en verano casi todos los días hay fiesta». (Leer más)
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