La Justicia retira definitivamente el carné de conducir a un vecino de Coristanco, uno de los conductores gallegos más condenados por alcoholemias
José María G. I. es un vecino de Coristanco de 73 años que nunca dejó de coger el coche pese a que lo tenía prohibidísimo. Le retiraron tantas veces el carné de conducir por circular en estado ebrio como veces se saltó el castigo. Ante tal comportamiento, al titular del Juzgado de lo Penal número 3 de A Coruña no le quedó otra que coger su licencia y romperla para siempre.
La última que hizo fue la gota que colmó el vaso de la Justicia. Fue el 27 de septiembre del 2011. Aquel día, José María volvía a ponerse a los mandos de su coche después de haber bebido, según la sentencia. Circulaba por la carretera que une Coristanco con Santa Comba en dirección a este último municipio cuando al llegar a la altura de un bar decidió parar a tomar otra. Giró sin mirar para acceder al aparcamiento del mesón justo en el momento en el que pasaba otro coche que circulaba correctamente por el carril contrario. El conductor de ese coche no puede hacer otra maniobra que dar un volantazo para evitar el impacto. Pero no pudo impedir el choque. El impacto lo desplazó y terminó volcado.
Como consecuencia del accidente, el conductor del otro vehículo se fracturó seis costillas. Tardó en recuperarse 55 días y como secuela le quedó una neuralgia intercostal, así como varias cicatrices.
No fue capaz de soplar
Al lugar se desplazó una patrulla de la Guardia Civil y se encontraron con el procesado como lo habían hallado muchas veces, «con un fuerte olor a alcohol perceptible a distancia, apatía, rostro congestionado, ojos muy humedecidos y enrojecidos con pupilas dilatadas, habla pastosa y repetitiva y deambulación titubeante con movimiento oscilante al mantener la posición vertical». Visto lo visto, los agentes de Tráfico pidieron al conductor que se sometiera a la prueba de alcoholemia. Pero era tal su estado, que al hombre le fue imposible soplar. Y así lo dejaron dicho los guardias en el atestado, que el procesado lo había intentado tres veces y no pudo. Dio igual. Era tal evidente su mal estado que le imputaron un delito contra la seguridad vial por circular bajo la influencia de bebidas alcohólicas. También por un delito de lesiones por imprudencia grave.
Por todo ello fue llevado al banquillo. Fue hace un mes, tres años después del accidente, tiempo en que el hombre pudo seguir conduciendo. En la sala, no discutió que aquella tarde había bebido, pero no tanto como para que fuese acusado de conducción ebria. Pero el juez no le creyó y lo condenó a seis meses de prisión, así como a la retirada del carné definitivamente debido a su desmedida reincidencia.
Para explicar esta medida tan excepcional pero implantada desde hace tiempo, el juez en la sentencia lo achaca a la reincidencia. Las autoridades incluyeron en los artículos del Código Penal referentes a la seguridad vial la posibilidad de retirar el carné de por vida a aquellos conductores que infringen la ley varias veces, así como las condenas a las que son sometidos. También existe la opción de comiso del vehículo del infractor. En caso de José María, con la retirada del carné a perpetuidad fue suficiente.
Este hombre, según recuerda el juez en la sentencia, «ha sido condenado en múltiples sentencias por delitos contra la seguridad vial. Y recuerda los castigos que recibió en los últimos años. Así, le recuerda que solo en 2009 fue condenado hasta tres veces por conducción ebria o ilegal.
Nunca tuvo el carné
Al que jamás le podrán quitar el carné porque nunca lo tuvo es a José J.?J., un vecino de Carballo de 30 años de edad que solo en los últimos 14 meses fue condenado hasta cinco veces por conducir sin permiso. Por ello el mismo juzgado que condenó a José María le impone a este una pena de nueve meses de prisión como autor de un delito contra la seguridad del tráfico por conducir sin el permiso por no haberlo obtenido nunca. (Información)
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