La campaña de control de autobuses escolares realizada la última semana de noviembre en las carreteras asturianas permitió a los agentes de la Guardia Civil de Tráfico descubrir a un conductor que circulaba tras haber consumido sustancias estupefacientes. Conducir bajo los efectos de las drogas conlleva una multa de 500 euros y la retirada de 6 puntos del carné. Si además dicho conductor presenta una sintomatología evidente, puede ser imputado por un delito contra la seguridad del tráfico que lleva aparejada una pena de tres a seis meses de cárcel, o multa económica de seis a doce meses, o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. No obstante, los agentes no hallaron ningún conductor de autobús escolar que circulase con una tasa de alcohol superior a la permitida.
Los agentes controlaron durante una semana a un total de 222 autobuses de transporte escolar, e impusieron 73 sanciones, un tercio del total, lo que supone una importante reducción respecto a campañas de otros años, en las que se detectaban infracciones en un 60 por ciento de los vehículos sometidos a escrutinio.
Las irregularidades administrativas fueron las que más denuncias generaron, un 31 por ciento del total, frente al 48 por ciento de la campaña anterior. Sólo nueve vehículos presentaban deficiencias en las puertas de servicio y emergencias, así como en sus dispositivos de accionamiento, y cuatro no llevaban a bordo una persona encargada del cuidado de los menores. (Información completa)
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