Once negocios integran la Unión Provincial de Autoescuelas de Burgos (UPAB), que es interlocutor válido ante la Jefatura de Tráfico.
El modo de encarar la huelga de examinadores de Tráfico que éstos llevaron a cabo a finales de 2015, dividió de forma definitiva a las autoescuelas de la provincia de Burgos. Las autoescuelas descontentas con la gestión que de aquella crisis hizo el presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Burgos (APAB), Miguel Martínez, iniciaron un camino que concluyó con la constitución de una organización paralela que se denomina Unión Provincial de Autoescuelas de Burgos (UPAB). Ambas tienen parecido peso representativo y, por tanto ambas se han convertido en interlocutores válidos con la Jefatura Provincial de Tráfico.
Alfredo González, presidente de UPAB, recuerda que Martínez cuestionó públicamente la profesionalidad de los examinadores durante el paro que éstos efectuaron en 2015 y que supuso la suspesión de más de 500 exámenes prácticos en la provincia. Con aquellas declaraciones "no estaba de acuerdo una buena parte de los negocios y así lo hicimos ver". De hecho, advierte Jesús Rojo, vocal de la "Unión"el grupo de empresas que no pertenecía a APAB inició un "proceso de acercamiento y apoyo" a los examinadores. Llegaron a participar -con coches con pancartas- en una jornada de protesta frente a la jefatura que convocaron los sindicatos que secundaban la huelga.
En UPAB están integradas 11 autoescuelas de la provincia, con representación en Burgos y las comarcas de Miranda, Aranda, Merindades y Briviesca. Las autoescuelas son: 2000, Aranda, Ruta 66, Burgati, Bulevar, Pinilla, Merindades, Nova, Milene, Grupo Sie y Quintanilla. Esta organización nace con la vocación de crear vínculos de colaboración en "asuntos tan importantes como la mejora de la formación y la cooperación con la jefatura provincial",
Sus miembros tienen una opinión muy clara de cómo deberían gestionarse los cursos de recuperación de puntos del carné de conducir . Ahora mismo la imparte la otra asociación APAB, por la concesión que la DGT aprobó en favor de la patronal nacional de autoescuelas, CNAE. A juicio de González , el Ministerio del Interior debería ampliar a todas las empresas la posibilidad de dar estos cursos, bajo un sistema de autorizaciones. "Es decir, los negocios deberían alcanzar unos requisitos mínimos -en cunato a instalciones, profesionales, etc.- para obtener el permiso con que poder dar la formación, explica. El precio, de este modo, "sería libre y se fomentaría la competencia, algo que ahora no sucede", remacha Rojo.
Sobre la situación en el sector, no son demasiado optimistas. Tampoco lo contrario. Sostienen que el negocio "se ha estancado y es difícil que crezca a corto y medio plazo". Es cierto, la demografía no juega en su favor. Los principales clientes de las autoescuelas son jóvenes que acaban de llegar a la mayoría de edad y hace dos y tres décadas el número de nacimientos comenzó a descender drásticamente. La llegada de inmigrantes palió la caída de alumnos por este motivo "pero muchos se han ido". Además, la crisis económica ha convertido el carné "en casi un artículo de lujo".
En la actualidad hay 41 autoescuelas en Burgos. Muchas de ellas se han constituido en esta crisis, y sus titulares son profesores despedidos que han decidido montar su negocio para subsistir. "Unos resisten y les va bien y otros han de cerrar", explican.
Fuente: Diario de Burgos
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