A los cuatro juzgados de lo Contencioso-Administrativo de A Coruña les han ido llegando, en los últimos días, los recursos que un conductor presentó contra las 47 multas que le impuso Tráfico el año pasado. Cada una de esas sanciones, de cien euros, forma parte de un expediente administrativo diferente pese a que en cada uno de ellos se discute lo mismo. Más allá de las fatigas que eso supuso y supondrá para el recurrente, le han tenido que asignar 47 abogados de oficio distintos porque cada multa debe ser recurrida individualmente.
El asunto tiene miga, pues Xustiza tendrá que desembolsar alrededor de 8.500 euros para pagar las minutas de esos letrados. El doble de la suma total de las 47 sanciones, que es de 4.700 euros.
La mayoría de los abogados asignados han mantenido este viernes una primera reunión en el Colegio de Abogados de A Coruña para tratar este asunto, pues no se explican «cómo pueden ocurrir estas cosas»-. Por lo pronto, cada uno de ellos deberá presentar un recurso. Y así, hasta 47. Alegando todos lo mismo. Que las sanciones fueron mal notificadas y que el conductor tenía el velocímetro mal, tal y como se demostró en un análisis hecho en laboratorio oficial, y que los nueve, diez u once kilómetros que se excedió 47 veces fue debido a eso. Por el momento, casi todos los recursos que el hombre presentó a la DGT le fueron denegados. Solo tres le fueron admitidos. Si no, serían 50 multas, 50 abogados, cuatro juzgados de lo Contencioso con su personal, juez y secretario trabajando en ello, y 50 juicios. Para dirimir si un supuesto infractor debe o no pagar un total de 4.700 euros.
Antes de caer en el pozo de la burocracia, Fernando era un conductor que, por razones de trabajo y por los estudios de su hijo, el año pasado viajaba regularmente por la AP-9 entre A Coruña, Pontedeume y Narón. Lo hacía en un vehículo de 13 años que había comprado de segunda mano. También por razones de trabajo, dejó de hacer ese recorrido y pasó el tiempo. Hasta que en septiembre del año pasado descubre que Tráfico le sancionó 50 veces. La inmensa mayoría, por excederse 10 kilómetros en los túneles de la AP-9, que tienen un límite de 90. Lo descubrió porque Hacienda le advirtió que iba a embargarle si no hacía frente al pago de tres multas. Fernando no sabía de qué sanciones se trataba y corrió a la DGT. Fue cuando le dijeron que no solo tenía 3, sino 50 sanciones. Se las habían notificado en su día, pero mal, pues se había cambiado de domicilio y se las enviaban al antiguo. Pese a que el coche lo tenía domiciliado en el actual.
El conductor no lo podía entender, pues jamás lo habían multado y siempre va pendiente del velocímetro para no pasarse. Así que llevó su viejo vehículo a un laboratorio oficial para que comprobaran el cuentakilómetros. En efecto, el aparato marcaba siempre 20 menos de los reales. Con ese papel regresó a la DGT. Solo le dieron la razón con tres de las sanciones, no con el resto.
Y así se llegó a donde ahora estamos. A la espera de que toda la maquinaria judicial de los cuatro juzgados de lo Contencioso-Administrativo comience a resolver los recursos idénticos que les presentarán nada menos que 47 abogados distintos.
«Llevo toda la vida al volante, y jamás me habían sancionado»
Fernando lleva décadas al volante. Camionero de profesión, recorrió Europa decenas de veces. Miles de kilómetros en sus riñones «sin recibir una sola multa». Y de pronto, en septiembre del año pasado, descubre que tiene 50 sanciones por exceso de velocidad.
-¿Qué sintió cuando en la DGT le informan que ha sido sancionado 50 veces en un año?
-No me lo podía creer. Estaba convencido de que se trataba de un error, pues soy tremendamente prudente. Siempre voy pendiente del velocímetro. Cuando pone 90, no paso de 85. Pero me enseñan las sanciones y, en efecto, en ellas aparecía que me había excedido unos 10 kilómetros en los túneles de la AP-9, limitados a 90. Se me vino el mundo encima.
-¿Qué hizo entonces?
-Desde ese día no hice más que ir de un sitio para otro con mi esposa. Tenía que demostrar el error y lo demostré. Aunque en la DGT no lo quieren reconocer. Lo primero fue demostrar que la dirección fiscal del vehículo era la correcta y que la DGT se equivocó al enviarme las sanciones a mi antigua vivienda. Por eso las multas llegaban todos los meses y yo no me enteraba. Luego, convencido de que el velocímetro de mi coche tenía que estar mal, lo llevé a un laboratorio oficial, que determinó que marcaba 20 kilómetros de menos. Ahí estaba la causa.
-¿Y qué pasó?
-Pues de las 50 multas, solo me reconocieron que habían errado en tres. Y no por tener mal el velocímetro, sino porque las sanciones no me fueron notificadas.
-¿Que le dijeron en la DGT?
-Cuando les muestro mi malestar y les digo que voy a denunciar, en juzgados y ante la prensa, me dijeron que fuera a donde quisiera, que las iba a terminar pagando igual.
-Muy pocas personas en el mundo pueden decir que tienen a 47 abogados a su servicio...
-Esa es otra. No entiendo como la DGT funciona así. No entiendo que mis 47 sanciones, aunque todas sean por lo mismo y los recursos sean idénticos, no puedan ser aglutinadas en una sola causa, sino que cada una represente un expediente administrativo distinto, con su abogado y procurador. No parece lo más razonable.
-¿Tiene esperanzas?
-Todas. Sé que la Justicia me dará la razón en este caso. Los abogados no tienen duda de que así será. (Información)
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