La Guardia Civil ha detenido en Guadalajara a dos personas por usurpación de estado civil, un delito que habría sido cometido cuando uno de los detenidos suplantó al otro en la realización de los exámenes teóricos para la obtención del permiso de conducir.
El negocio le duró poco tiempo a J.O.E.A., un guineano de 28 años, ya que cuando apenas pasaban cinco minutos de las nueve de la mañana del pasado viernes era detenido por la Guardia Civil. También lo fue A.T., de 25 años, súbdito de Malí, el primero en el aula de exámenes de la Jefatura Provincial de Tráfico en Guadalajara y el segundo en las inmediaciones, por un delito de usurpación del estado civil, al suplantar el primero de los detenidos la identidad del segundo, para la realización del examen teórico del permiso de conducción de la clase B.
Estas detenciones fueron practicadas por agentes del Grupo de Análisis de Tráfico (GIAT), del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Guadalajara, cuando se encontraban realizando una inspección de documentaciones que presentan los opositores para la obtención de los diversos permisos de conducción, en el aula de la Jefatura Provincial de Tráfico de Guadalajara.
Al revisar la documentación de uno de los opositores, más concretamente el NIE., les infundió sospechas a los agentes de que la persona que se disponía a realizar el examen no correspondía con la del titular del documento, ya que apreciaron algunas diferencias faciales en esta persona, en relación a la fotografía del citado documento.
Por este motivo, los agentes invitaron a esta persona a que mostrara otro medio de identificación, no pudiendo aportar otra documentación y mostrándose muy nervioso en todo momento cuando era interpelado por estos, por lo que se le invitó a abandonar la misma para ser identificado en una sala anexa, y no interferir el proceso de exámenes del resto de opositores.
Identidad falsa
Comprobada su identidad, esta no correspondía con la del titular del documento, por lo que se procedió a buscar en las dependencias a la persona que presuntamente le había cedido el documento, siendo localizada en las proximidades de las instalaciones, en una parada de autobús, lugar en el que estaba esperando a que terminara el examen para recoger su documentación.
De las investigaciones practicadas y manifestaciones de ambos, se desprendió que la citada usurpación de identidad se realizaba a cambio de una compensación económica que oscilaba en torno a unos 2.000 euros, con el fin de que el suplantador llevase a cabo los exámenes, por tener mayor conocimiento de la lengua y de la normativa de tráfico que el suplantado. El negocio resultó ruinoso. (Información completa)
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