El neumático de invierno es un gran desconocido en España, a pesar de que es la opción más segura para circular cuando la temperatura desciende por debajo de los 7 grados centígrados y de que es la alternativa legal a las cadenas si las carreteras están nevadas.
En una entrevista con Efe, el director del Consorcio Nacional de Industriales del Caucho, José Luis Rodríguez, achaca este desconocimiento a que no existe una cultura, como en otros países del entorno, que ponga en valor las bondades de estas ruedas.
Al respecto, destaca que en España se considera que la goma de invierno solo es válida cuando nieva, lo que no es cierto. A menos de 7 grados las ruedas pierden sus propiedades, se vuelven más duras y tienen menos adherencia.
En invierno según el Consorcio -que forman los fabricantes Bridgestone, Continental, Goodyear, Michelín y Pirelli- el conductor puede encontrarse, dependiendo de las condiciones climáticas y del lugar, con hasta diez tipos diferentes de calzada.
Se resumen en dos grupos: carreteras negras (pueden estar secas, húmedas, mojadas o con barro) o blancas (nieve fresca, nieve sopa, nieve helada, escarcha, hielo frío y hielo caliente).
De acuerdo con los estudios que ha hecho el consorcio, la mayoría de los españoles la única medida que adoptan ante estas situaciones es levantar el pie del acelerador.
Sin embargo, desconocen que a 50 km/h la velocidad de frenado en seco es de 8 metros, en mojado de 16, en nieve de 32 y con hielo se multiplica por 8, hasta los 64 metros.
Otro dato que destacan es que para la mayoría de los conductores el único sistema que consideran válido para circular por carreteras nevadas son las cadenas, cuando el 80 % no sabe montarlas.
En pruebas que han hecho con expertos han constatado que en el montaje de unas cadenas se puede tardar unos 7 minutos y 30 segundos; mientras que en la colocación de unas cadenas de tela la operación se reduce a 2 minutos y 30 segundos.
En ambos casos, el Consorcio recuerda que, en la vida real, esas operaciones se hacen en situaciones complicadas y a veces peligrosas.
Por ello Rodríguez califica al neumático de invierno como el gran desconocido que puede evitar accidentes y salvar vidas en las carreteras españolas, como lo está haciendo en Europa.
Un neumático de invierno se caracteriza por un dibujo de la banda de rodadura más recortado y profundo para una mayor evacuación del agua y motricidad en condiciones difíciles. También por tener una gran cantidad de laminillas en los tacos para una adherencia óptima en suelos helados, nevados o mojados.
Y, sobre todo, por tener un compuesto de goma más blando y flexible, cargado en sílice que no se endurece por debajo de los 7 grados.
Esto permite que a 80 km/h y en mojado la distancia de frenado con un neumático de invierno sea de 34 metros, cuando con otro de verano es de 40 metros.
Pero mayor es cuando el conductor debe detener su coche con nieve: con un neumático de invierno lo conseguiría en 32 metros frente a los 63 metros de uno de verano.
Otra de las causas que apunta el director del Consorcio Nacional de Industriales del Caucho para el desconocimiento del neumático de invierno es la falta de un marco regulatorio específico para su utilización como en otros países de la Unión Europea.
Mientras que en España e Italia se consideran una alternativa a las cadenas, en Alemania, Austria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Islandia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, República Checa, Rumanía y Suecia son obligatorias, aunque con algunas diferencias.
En España su uso está regulado por el Reglamente General de Vehículos (RD 2822/1998), por el de Circulación (RD 1428/03), por la Instrucción 15/TV-87 de la DGT y por el Reglamento nº 117 de Naciones Unidas (CEPE), que ha sido incorporado a la legislación española y que destaca que el neumático de nieve tiene un comportamiento mejor que el de los normales a la hora de iniciar, mantener o detener el desplazamiento del vehículo.
La patronal española del caucho reclama a las autoridades españolas un pictograma que identifique claramente lo que es un neumático de invierno -ahora se utiliza un símbolo alpino que se sitúa al lado de la inscripción M+S (Mud+Snow, barro y nieve)- y un nuevo cartel en las carreteras que ponga "uso de cadenas o neumáticos de invierno".
En 2015, en España el mercado de neumáticos de invierno ha pasado de 250.000 unidades vendidas a casi 400.000, lo que representa el 3 % del total de las cubiertas comercializadas, cuando en Europa asciende al 30 % de 230 millones.
El precio de un neumático de invierno es, de media, un 10 % más caro que el de uno de verano similar. Su uso implica además tener otro juego de verano, porque con temperaturas veraniegas el primero se degrada más rápido. (Información)
www.expansion.com
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