Este es un caso real ocurrido en la capital aragonesa la semana pasada. Se trata de los sucesivos intentos de un ciudadano para pagar una multa de 100 euros de Tráfico por velocidad indebida. El afectado quiere abonar los 50 euros en que queda la sanción económica por pronto pago, pero no puede o no le sale a cuenta por la comisión que le piden. Hasta que por fin lo logra.
Primer intento: llamada al 060
Tal y como se indica en la carta que recibe de la Dirección General de Tráfico, la multa puede pagarse llamando al 060. Una voz robótica le indica que teclee en su teléfono su número de DNI. Seguidamente, le solicita los dígitos del expediente de la multa. A continuación le pide que pulse los números de la tarjeta de crédito, sin olvidar la fecha de caducidad de la misma ni el código de la sucursal bancaria. Pasados varios minutos, y una vez cumplidos todos los requisitos, la misma voz metálica le dice que se ponga en contacto con su entidad bancaria. No lo entiende: tiene fondos, paga habitualmente con esa tarjeta de crédito y jamás ha tenido problemas... Cae en la cuenta de que discutir con su robótico interlocutor es perder el tiempo, así que cuelga sin haber pagado.
Segundo intento: en Correos
Tal y como indica la carta de la Dirección General de Tráfico, las multas también se pueden pagar en cualquier oficina de Correos. Así que se dirige a la más cercana y espera paciente su turno para explicar a la persona que le atiende en la ventanilla que quiere pagar la multa. Se queda de piedra cuando le dice que debe abonar 5,80 euros por la transferencia de los 50 euros. Decide anular la gestión para que la multa no le salga por 56 euros y sale de nuevo a la calle.
Tercer intento: en el Banco de Santander
"A la tercera va la vencida", se dice, iluso, al comprobar que también puede abonar la multa en el Banco de Santander, según pone en la carta de Tráfico. Entra en una oficina de esta entidad bancaria con mucha decisión y su billete de 50 euros. Un empleado le saluda diciendo: "¿Es usted cliente del Banco de Santander?". Responde: "Claro, desde el momento en que he cruzado esta puerta, como cuando entro en cualquier comercio". Ante la insistencia del empleado, admite que no tiene cuenta corriente en esa entidad bancaria, pero que solo pretende ingresar los 50 euros de una multa de Tráfico. El trabajador le comunica que vuelva por donde ha venido porque es viernes y a quienes no tienen cuenta en el Santander únicamente se les atiende los martes y jueves de 8.30 a 10.30. Abandonó la sucursal pensando: "¿Dónde está la cámara oculta?".
Cuarto intento: Jefatura Provincial de Tráfico
Como es viernes, no le da tiempo a acudir a Tráfico hasta el lunes, donde por fin logra su deseo de abonar la multa, no sin antes aguardar la fila y pedir cita previa (aunque un amable empleado le da hora para ese momento). Por cierto, aviso a posibles multados: en Tráfico solamente se puede pagar con tarjeta, no admiten dinero en efectivo. (Información)
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